Una noche, Alessandro Alessi, dueño de Biciclo, la fábrica de las bicicletas Turbo, veía la carrera de Fórmula Uno. Él, como buen italiano, disfrutaba el triunfo de Ferrari, su escudería favorita, mientras le daba vueltas a una idea.
¿Será muy difícil hacer una bicicleta con el logo del ‘caballito rampante’? Al día siguiente lo planteó a su equipo en la fábrica (“esperaba que me dijeran que estaba loco”, recuerda) pero la gente se entusiasmó tanto como él la noche anterior.