Mayakoba, joya del Caribe mexicano

Bajo la batuta del consorcio español Obrascón Huarte Lain Group’s (OHL), este proyecto se asienta sobre 649.7 hectáreas y lo componen distintos complejos hoteleros, campos de golf, sistemas de canales y lagos artificiales con embarcaderos.

Nacer con 5 estrellas
El hospedaje de esta magna infraestructura corre por cuenta de Fairmont Mayakoba, Rosewood Mayakoba, Viceroy Mayacoba y Banyan Tree Mayakoba, éste último considerado por diferentes rankings hoteleros (más de 300 reconocimientos en su haber) como uno de los jugadores más importantes en cuanto a inversión turística internacional se refiere, debido al grado de refinamiento con que opera cada uno de sus destinos. 

“No nos gusta casarnos con cualquier socio. Para incursionar en América queríamos a uno con gran solvencia y se nos presentó OHL. Nos enseñaron Mayakoba, que ya de por sí es una auténtica maravilla; vimos el proyecto de hoteles de superlujo y desde luego que de inmediato firmamos”, dice Pancho Llamas, director general de Banyan Tree en México.

Banyan Tree es un consorcio hotelero que inició operaciones en 1994 en Phuket, Tailandia, y desde entonces ha extendido su red hacia diferentes lugares de la India y Asia, como Bahréin, Dubái, Bangkok, Bintan, Hué, Bali, Beijín, Maldivas, Sri Lanka, entre una docena más de exóticos destinos.

“México es un sitio de entrada al continente por varias razones: a la gente le gusta visitar lugares donde hay buen clima, cultura milenaria, comida, salidas nocturnas, compras, arte, amabilidad en el servicio, infraestructura y seguridad. Por eso está destinado a ser una potencia turística por siempre, y eso fue lo que animó a Banyan Tree”, afirma el directivo de origen español al explicar por qué tomaron la decisión de operar en la península yucateca.

Con una inversión de 170 mdd, el desarrollo turístico Banyan Tree Mayakoba entró en funcionamiento en marzo pasado y hasta ahora ha generado 600 empleos directos y 1,800 indirectos. Con éste son ya 1,650 mdd que destina OHL al complejo Mayakoba, y se espera la llegada de dos competidores más, uno de los cuales será Raffles Hotels and Resorts.

“En México, Banyan Tree tiene cinco proyectos firmados. De éstos, uno ya es realidad y otro lo será en breve, en Punta Diamante, Acapulco, con Grupo Mexicano de Desarrollo (GMD) de la familia Ballesteros. Ese hotel se inaugurará a más tardar en enero. Un tercer proyecto es con la casa vinícola Monte Xanic, en Valle de Guadalupe; y de los dos restantes, uno está en Chamela, Jalisco, y el otro en Los Cabos, que de momento está pendiente por el tema de la crisis”, dice Llamas.

La solidez de Banyan Tree, que cotiza en la Bolsa de Singapur desde 2004, le ha permitido no sólo activar dichos planes, sino también incursionar en países como Costa Rica, Brasil y Cuba que, al igual que México, cuentan con mágicos lugares para el turismo de descanso de exclusividad.

Para ser un consorcio relativamente joven, sus logros saltan a la vista. Y es que apenas a finales de la década de los 80 la empresa empezó a tomar forma, luego de que su presidente fundador y ex periodista, Ho Kwong Ping, tuviera la visión de crear un concepto atractivo para un target inclinado por lo exótico. Así, una vez que su hotel insignia en Phuket dio los resultados esperados, se lanzó a una aventura que hoy ya le ha dado un hermano: Angsana Resorts & Spa, la marca de hoteles boutique de Banyan Tree.

Llamas recuerda que cuando la compañía comenzó a cumplir con las expectativas, decidieron estar en todo el mundo y hacerse de un nombre. “Pero sólo en los lugares donde creemos vale la pena estar. Ahora mismo tenemos veintitantos hoteles ya abiertos, sobre todo en el sureste asiático. Nos estamos desarrollando mucho en China, Oriente Medio, la cuenca del Mediterráneo y México (como primer paso para América)”, comenta.

pesar del crítico periodo por el que transitamos, la Riviera Maya no deja de ser una referencia obligada para el viajero cosmopolita e imán para inversionistas de alto nivel.

Receta para el éxito
Pero ¿qué ha hecho de Banyan Tree una marca exitosa? Llamas no lo piensa mucho y revela que ahí, justo donde todos creen llegar y nadie repara en realidad, es donde han centrado su oferta y esfuerzo.

“Nuestro objetivo primordial es satisfacer las emociones del cliente, por eso nuestro lema dice
Santuario de los sentidos. Esto no sólo depende de un producto que sea bonito, sino también de llevar al huésped a vivir experiencias únicas donde tacto, olfato, gusto, mirada, oído, y lo que nosotros llamamos el sentido del amor, se disfruten al máximo en cada rincón de nuestras instalaciones”, dice.

Esto explica por qué la comida, la música, los aromas de los aceites, los platillos, las habitaciones y demás aspectos que integran el concepto de Banyan Tree están pensados para reconfortar al paseante.

Llamas hace hincapié en que la capacitación de su personal ha sido otro de los ingredientes primordiales en su impulso. “La empresa –subraya– cree con firmeza que la satisfacción del cliente sólo puede venir a través de empleados satisfechos.”
 
“No se trata de buenos sueldos sino de actitud hacia su trabajo y cómo se sienten con nosotros. Además de hacerlos partícipes con un porcentaje de la utilidad, buscamos involucrarlos en decisiones, como la confección de sus uniformes, su alimentación y la integración de los equipos. Los escuchamos y cada año el departamento de Recursos Humanos efectúa una auditoría para medir su satisfacción”.

El directivo comenta que las nacionalidades de los empleados de Banyan Tree son distintas porque el presidente de la corporación está convencido de que el éxito de un proyecto depende también de la diversidad de pensamientos.

Otro de los factores importantes en el prestigio de su nombre han sido los spas. La gente asocia muy bien Banyan Tree con reconfortantes terapias y la eficiencia en este tipo de servicios. “Tenemos una academia especializada en Phuket y nuestras terapistas estudian cursos intensivos y certificados por el mismo gobierno de Tailandia. Cada año enviamos entre entre 100 y 200 profesionales a nuestros distintos spas en el mundo”.

En general, y para mantener la constancia de sus servicios, Llamas platica que los directivos se reúnen anualmente y examinan cuáles de sus beneficios han dejado de ser únicos a causa de la competencia y, a su vez, discuten qué pueden mejorar ellos de aquélla. “Hace dos años inauguramos un nuevo producto: villas con dos albercas. Todo el mundo tiene una y nosotros dijimos ¿por qué no dos? Una para nadar y la otra para… que estuviera alrededor de la recámara”, resume con audacia.

Fuente: www.altonivel.com.mx / Por Ulises Navarro