Desde un punto de vista médico, se define como “maternidad tardía” a quienes conciben su primer embarazo con 35 años o más, en zonas geográficas determinadas.
En México, la fecundidad por grupos de edad muestra que de 1976 a 2010, el máximo de la tasa de fecundidad corresponde a las mujeres con un rango de entre 20 y 24 años.
A partir de los 35 años la fecundidad empieza a disminuir de manera significativa y las mujeres mayores de 40 años sólo aportan 2.1% de los nacimientos registrados (Inegi, 2011).
Llama la atención que esto no sucede en otros países como Chile con 16% de embarazos tardíos; Estados Unidos que durante 2001 registró un aumento de 70% de embarazos en mujeres mayores de 40 años.
¿Qué razones influyen para la postergación del embarazo? Son diversas las variables: desde finalizar sus estudios, hasta lograr una situación laboral estable; desde contar con un cierto capital de experiencia profesional hasta disfrutar de un tiempo para su realización personal; desde consolidar una situación económica estable hasta la influencia de su medio social y cultural.
Es importante mencionar que la postergación de la maternidad no sólo responde a los patrones de desarrollo económico o educativo que amplían los roles sociales femeninos, también a las políticas públicas del país.
Prueba de esto son Suecia, Finlandia y Dinamarca que muestran la compatibilidad sincronizada de las mujeres en el área laboral y familiar, sin necesidad de postergar la maternidad debido a las políticas públicas en apoyo a la maternidad y la familia.
Esto demuestra que en los países en que la igualdad de la mujer está reconocida y su autonomía garantizada, no tiene por qué ser un conflicto ser madre y profesionista.
¿Y los riesgos?
En nuestro país, las tasas de mortalidad materna por edad son considerablemente más altas desde los 30 años y llegan a incrementarse en más de 100% a partir de los 35 años (INEGI, Estadísticas de defunciones 2009).
Desde una perspectiva médica, el embarazo a partir de esta edad se concibe como una gestación de alto riesgo y más aún en las mujeres que se embarazan por primera vez.
Sin embargo, es importante establecer que las circunstancias en las que se desarrolle el embarazo y por lo tanto la salud de la madre y de su hijo, son situaciones particulares que dependen tanto de cuidados y prevención de enfermedades por parte de la madre.
Los problemas de salud relacionados con el embarazo tardío pueden ser evitados con algunas medidas:
- Contar con control prenatal desde el momento en que se planifica el embarazo, durante y después del mismo.
- Tomar ácido fólico, así como suplementos alimenticios bajo supervisión médica.
- Llevar una dieta balanceada sin exceso de grasas, sal y azúcares, así como practicar ejercicios ligeros. No subir de peso más de 1.5 kilos al mes, para evitar diabetes gestacional.
- Al recién nacido se le deberá realizar lo antes posible las pruebas del tamiz neonatal para cualquier tratamiento oportuno.
Si has decidido ser madre después de los 35 años o conoces a alguien que quiera serlo, es muy importante estar informada y asumir plenamente esta responsabilidad.
Fuente: www.mundoejecutivo.mx / por: LUCÍA LEGORRETA
Publicado por: TuDecides.com.mx
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