M. Pujol Baladas se inició en la pintura desde pequeño, le gustaba mucho dibujar, incluso, era algo que se le daba con facilidad. Un lienzo en blanco fue para él como el cosmos del astrónomo; un mundo con mil matices por descubrir. A pesar de que sus padres no estaban muy de acuerdo, él siguió su sueño para dedicarse profesionalmente a la pintura. Así, navegando en un mar de emociones y relieves de óleo, encontró su vida, la paz que siente un artista.
“De Picasso admiro su autenticidad, la búsqueda, el riesgo, su pasión, la genialidad; de Miró es admirable su coherencia, el mundo interior de la naturaleza. Así mismo, respeto la genialidad de Kandinsky por ser uno de los padres de la abstracción, y García Ponce me parece un pintor extraordinario”. M. Pujol Baladas
Recientemente, la Galería Ethra expuso la nueva serie que pintó Pujol Baladas. Este recinto cultural, en su origen, fue una casa con estilo inglés construida a principios del Siglo 20. Esta muestra fue dedicada a los músicos Allan Pettersson, Beethoven y Carlos Chávez concierto para arpa.
SU INSPIRACIÓN
De acuerdo con Pujol Baladas, cuando “su estado de ánimo” escucha alguna canción en la radio que logra traspasar “el umbral de los poros de su piel”, busca entenderla y conocer la vida del autor para, luego, poder plasmar esa sensación en una pintura. Como todo artista, algunas veces, se ha percatado de que una pintura no le convence del todo, aún así, persiste y siempre las termina. Mientras pinta sus lienzos le gusta improvisar, pues, a pesar de haber imaginado con anticipación cada obra, prefiere descubrir nuevos horizontes y texturas que emergen de forma espontánea al momento de crear.
Para Pujol Baladas, el color significa estados de ánimo, pero también cambia su tesitura de acuerdo a la profundidad y el carácter de cada trazo. El rojo, por ejemplo, es la pasión, pero también puede serlo el color azul. “En la obra inspirada en Allan Pettersson tengo algunos azules ultramar o prusia, no es ese azul lujurioso o lúdico, son azules más íntimos, melancólicos, y quizá (en el fondo) la octava de Pettersson retrata su sufrimiento, con el cual compuso una sinfonía apasionada y dramática”, agregó el artista.
Fuente: http://www.mundoejecutivo.com.mx Por: Luz Pérez Zavala
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