Aunque los turistas que visitan la “ciudad del pecado” perciben que en este lugar el agua es un recurso ilimitado, la realidad es que Las Vegas es la ciudad más seca de Estados Unidos, con unas precipitaciones anuales de apenas 1,000 mm y desde hace tiempo enfrenta una crisis hídrica que se ha ido agravando en estos últimos meses por culpa de una severa sequía que afecta a la región.
Las Vegas fue fundada en 1905 y durante años fue un lugar de paso; en los años 30 del siglo pasado se construyó la presa Hoover en el río Colorado, con la cual se pudo crear el lago Mead, del cual Las Vegas obtiene el 90% de su agua y que también abastece a Arizona, California y el norte de México.
Pero ahora el lago está registrando los niveles más bajos de las últimas décadas y los científicos señalan que, teniendo en cuenta el cambio climático, esta situación podría ser más grave y comenzar a escasear el agua, poniendo a Las Vegas en peligro. Es por esto que se está trabajando en un proyecto para construir un acueducto que lleve agua a Las Vegas desde los valles del noroeste de Nevada.
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