Aquellos que piensan que la corbata está en desuso en el ámbito laboral, puede que estén en lo cierto. Sin embargo, su disminución en el trabajo, ha sido inversamente proporcional al crecimiento que este accesorio ha experimentado durante los últimos años en la moda urbana.
Se afirma en tanto, que la corbata sigue siendo básica a la hora de acudir a una fiesta formal o una reunión de negocios, representa un símbolo de elegancia, distinción y etiqueta.
Con poca tela es posible acaparar todas las miradas, la clave de las corbatas está en la elección adecuada: buena tela, detalles justos y buena combinación. Además, su uso es una de las formas más sencillas de estar a la moda, se renuevan constantemente y marcan tendencias.
Aún no está claro si las corbatas se remontan a los guerreros del emperador chino Qin Shi, de quienes existen representaciones funerarias llevando un fular en el cuello, o si fueron los oradores y el ejército romano los que impusieron el empleo de pañuelos para protegerse la garganta de las inclemencias del clima.
En todo caso, se asume que los responsables de llevar la corbata al Viejo Continente fueron los croatas. Los franceses quedaron encantados con el accesorio y pronto lo incluyeron como una prenda básica de su atuendo. Poco después, Inglaterra se unió a esta moda. Todo hombre elegante debía llevar alguna prenda alrededor del cuello. Se llegaron a utilizar unas tan altas que impedían que los caballeros movieran su cabeza, y otras de tal grosor que detenían cortes de espada.
Luego, los europeos trasladaron esta forma de vestir a América. El tiempo acabó por convertirlas en una prenda imprescindible dentro del guardarropa masculino. Incluso, durante los alocados años ochenta, las corbatas hicieron furor entre algunas mujeres.
Lo primero que se debe considerar a la hora de elegir la corbata correcta es su calidad, entre otras cosas, la ventaja de la buena calidad es que permite una mejor caída. Y en cuanto a la calidad, todas las voces coninciden: seda natural; que, si es buena, debería ser flexible al tacto y no tener arrugas ni dobleces.
Existe una variedad de sedas livianas como el foulard, otras muy flexibles como el crêpe y otras más pesadas como el rep, el shantung y el gros. Para el verano, el algodón y el lino son muy frescos y originales. Otra opción de calidad es la seda con cashmere.
En cuestión de anchos, las aguas están divididas. Generalmente, el mejor ancho para una corbata es entre los 6 y 8 cm. De todas maneras, una de las tendencias es el revival de los 80’ y 70’ con corbatas delgadas y nudo pequeño. En cuanto al largo, las clásicas miden entre 120 y 130 cm aproximadamente.
Respecto de los colores, la variedad de tonalidades y combinaciones son infinitas. Actualmente, no hay reglas, todo está permitido. En principio, las corbatas de día se diferencian de las de la noche por su brillo. Las salidas a la luz de la luna permiten el plata y también el dorado. Los tonos clásicos son el bordó, los azules y los grises, además del marrón con sus variantes en beige y ocres.
Los colores cálidos resultarán ideales para los morochos: amarillo, verde o rojo porque resaltan la piel morena. Los rubios pueden optar por la gama de los marrones o azules que contrastarán con el tono de la piel blanca. Pero quienes quieran arriesgar a innovar podrán elegir entre las nuevas tonalidades: celeste, amarillo pastel, verde agua, rosa, fucsia, violeta y naranja.
Fuente: http://www.altonivel.com.mx/
Publicado por: TuDecides.com.mx
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