El dinero es un medio de cambio y medida de valor que ha sido representado por diferentes objetos físicos desde conchas, granos de cacao, plumas de ave, metales, hasta monedas y billetes. Hoy en día el dinero ha tomado la identidad de datos que circulan a través de redes computarizadas y que pueden dar la vuelta al mundo en tan sólo unos segundos.
Esta última forma es la que conocemos como dinero electrónico, el cual se intercambia a través de vías como el Internet o redes de telecomunicaciones privadas, en respuesta a las instrucciones de quienes realizan algún pago o transacción electrónica.
Este dinero se encuentra virtualmente en una cuenta bancaria, de ahí viaja por la red para llegar a otras cuentas y así realizar pagos. El dinero ya no está respaldado necesariamente por un objeto físico, sino por el trabajo y la producción que realizamos todos para obtenerlo.
Para posibilitar la forma y el uso electrónico del dinero ha sido necesaria la instalación de la infraestructura apropiada, como son sistemas de cómputo, conexiones a Internet y una red electrónica permite transferir información sobre las transacciones de comercios o cajeros automáticos a sucursales bancarias. El uso del dinero electrónico requiere tecnologías de telecomunicaciones desarrolladas, así como la implementación de mecanismos de seguridad, los cuales son posibles gracias al desarrollo de infraestructura tecnológica.
Los nuevos avances permiten transacciones cada vez más seguras, rápidas y eficientes, e, igualmente, hacen pensar que en un futuro próximo las transacciones no se van a hacer sólo desde cajeros automáticos, terminales de punto de venta o computadoras, sino también desde dispositivos portátiles como teléfonos celulares.
Pero sólo en algunos cuyas tecnologías están altamente avanzadas. Por este motivo es más problemático y retardado bajo nivel de desarrollo. De ahí también que en México sólo una parte de la población tenga acceso a este tipo de medios de pago.
Medios de pago
Los medios de pago electrónicos más usuales son las tarjetas de tarjetas prepagadas. Mediante éstas se envían instrucciones de pago, que consisten en dar la orden de hacer una transferencia electrónica de fondos de tu tarjeta a la cuenta de vende el producto o el servicio. También se pueden hacer domiciliaciones, esto es que autorizas a alguien a que cargue periódicamente a tu tarjeta bancaria un servicio, por ejemplo: el pago de la luz. Cada mes se resta el dinero automáticamente de tu cuenta y se transfiere a la cuenta de la compañía de luz.
Con la tarjeta de crédito compras primero y pagas después al banco en la fecha pactada. Funciona como un préstamo que recibes del banco y que pagas días después. En cambio, con la tarjeta de débito pagas con el dinero que tienes en tu cuenta bancaria. Cuando se registra el pago que hiciste con tu tarjeta de débito, el banco te lo resta inmediatamente a tu cuenta. Con la tarjeta prepagada pagas antes de usar el servicio: por ejemplo, compras crédito para tu celular y después lo utilizas. Usualmente estas últimas se utilizan para pagar cantidades no muy elevadas o para comprar en un solo establecimiento.
En el futuro próximo el impacto de los medios de pago electrónicos va a seguir aumentando, al crecer su uso en todo tipo de transacciones. Seguramente todavía nos queda mucho por ver en la evolución que sigan el dinero y las formas de pago electrónico.
Fuente: Banco de México/ altonivel.com.mx
Publicado por: TuDecides.com.mx
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