Terminó la época que para muchos suele ser la más feliz del año. Sin embargo, saber explotar y vender este sentimiento a lo largo de los próximos 12 meses es un reto que no muchos logran conquistar.
La felicidad también se vende, pero no todos saben cómo. En un mundo donde Coca-Cola marca la pauta y las no tan grandes hacen el intento, anunciar felicidad es una apuesta interesante y rentable si se conoce al target, el canal y, sobre todo, el mensaje.
El primer punto a considerar, según Roberto Castillo, consultor de neuromarketing para Miami Ad School México, es ser irracionalmente racional (¿?). Y lo explica: “lo único racional que debes tener a la hora de montar la campaña es que la felicidad no se racionaliza, sólo se siente, de tal manera que lo que digas debe estar dirigido a las emociones”.
El vínculo es emocional, así que el protagonista de tu historia no debe ser tu marca, sino tu target, pues tu público generalmente está dispuesto a sentir placer cuando compra, y si además de placer puede sentir felicidad, lo hará.
Castillo recomienda que tu estrategia se base en todo, menos en tus intereses, pues para vender felicidad, debes saber qué le hace sentir bien a tu target, qué le gusta, qué sueña, qué lo motiva, y de esta manera sabrás qué ofrecerle, ya que hay deseos universales, y si se los personalizas, el engagemente irá por buen camino.
Aunque muchos crean que el marketing de la felicidad es satisfacer a tu cliente, no olvides que satisfacer no es suficiente, pues la experiencia de consumirte no debe ser satisfactoria, sino feliz.
Por eso debes tener presente que la felicidad se traduce de todas las formas: en la Navidad, en la familia, en los recién nacidos, en la salud, en la memoria. Destapar un refresco, un reencuentro con los amigos de la infancia, la graduación de tu hijo o el coche de tus sueños. Todo puede ser felicidad siempre y cuando lo sepas contar.
Pero no es tan fácil, ya que hay insights que están diseñados para ser satisfechos (necesidades básicas) y no para agregarles el plus de la felicidad. En este sentido, el experto consultado considera que es más sencillo vender la felicidad en productos que no son básicos, sino que más bien podrían representar desde un gusto hasta un lujo.
Es por eso que la pionera –que cualquiera pensaría que sólo vende refrescos– está presente en todos lados, al grado de que, en términos publicitarios, la Navidad también le pertenece, pues ha sabido vender memoria histórica, vender emociones, vender magia, vender Navidad, vender éxito, vender paz, vender todo, mientras la gente toma Coca-Cola.
No obstante, hay quienes han levantado la mano y valdría la pena echarles un vistazo para saber cómo lo han hecho, de tal suerte que pudiera resultar en un galería de tips, consejos o trucos para entrarle al mundo del marketing de la felicidad. Aquí, algunos ejemplos.
Nivada, la belleza del tiempo Pionero en tumbar tabúes, la marca de relojes echa mano de 20 segundos para venderte la felicidad que muchos desean: un reloj caro y un cuerpo desnudo y estéticamente bien capturado.
Puede ser sexo, puede ser lívido, puede ser poder y hasta sexismo, la verdad es que esta gama de spots se ha posicionado en la televisión mexicana y tanto la música, como la atmósfera y las analogías visuales se convierten en detonadores de ese deseo de felicidad, asegura Roberto Castillo.
Fuente: www.altonivel.com.mx / Por: Oliverio Pérez Villegas
Publicado por: TuDecides.com.mx
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