¿Estarías dispuesto a dar más de un 20% de tu negocio a un inversor? Porque según expertos en asesoramiento financiero, legal y fiscal, no deberías ceder nunca más de ese porcentaje. Detrás de esa pregunta se encuentra otra que deberías hacerte busques o no dinero: ¿Cuánto vale tu startup? No hay ni que valorar a coste ni elevar el dedo al aire.
Calcular el valor de una startup no es imposible. Para calcular cuánto vale una empresa de menos de cinco años de vida o que incluso todavía no ha salido al mercado no le valen los tradicionales cálculos del método de múltiplos (que tiene en cuenta el EBITDA de varios años) o recurrir también a la valoración de los bienes tangibles de la empresa (lo que se conoce como el método patrimonial. A las startups no les queda otra que recurrir a los desucentos del flujo de caja (que consiste en proyectar los resultados de los próximos años, pero, claro, dándoles un valor presente) y el método por comparación, que no es otra cosa que tomar como referencia otras operaciones en el mismo sector.
“Es cierto que es complicado determinar el valor de una empresa ya que para ello es necesario evaluar la compañía en su conjunto, poniendo especial interés en el equipo, la idea, la escalabilidad y los hitos conseguidos. A grandes rasgos, no obstante, el valor económico de una startup, lo determina el porcentaje que están dispuestos a ceder los fundadores para conseguir el dinero necesario que les permita crecer lo suficiente y alcanzar la siguiente ronda de financiación o el break-even”, asegura Oliver Von Schiller, experto en asesoramiento financiero, legal y fiscal del bufete Ad&Law. Estos son tres criterios que siempre debes tener en cuenta.
1. Mantén el control del negocio.
El equipo de expertos de Ad&Law recomienda que “de manera general, el CEO o el equipo fundador de la startup deben mantener el control del proyecto, por lo que, como mucho, deberían ceder entre un 10% y un 20% en las primeras rondas”."En estas primeras fases de financiación lo más habitual es que los inversores soliciten a cambio de su participación entre un 5% y un 20% del valor de la empresa, un dato que ya permite al emprendedor hacerse una idea sobre en cuánto está valorada su startup. Sin embargo, esa valoración sólo muestra el potencial del negocio”, advierte.
2. Da peso a tu propuesta al mercado, no a tus costes.
"En muchas ocasiones se pide dinero por lo que le cuestan las cosas, no por su propuesta al mercado. Lo que no puedes decir es: He tenido una idea, me cuesta desarrollarla 400.000 euros y para no diluirme esta empresa vale un millón. Igual que en una empresa no puedes fijar tus precios exclusivamente en función de tus gastos, porque los precios los fija el mercado y les da igual lo que te cuesten a ti. Lo mismo ocurre con las inversiones: en esta etapa en la que estás, con este riesgo y con estas necesidades, cada vez vales menos. Cuánto menos necesites, más vales", asegura Javier García Álvarez, inversor privado.
3. Lo mejor para el capital puede no ser lo mejor para tu negocio.
"Si el emprendedor no pretende dar un pelotazo, tiene que pensar que muchas veces lo mejor para el capital, que quiere recuperar una inversión a cinco años vista, puede no ser lo mejor para la empresa a largo plazo. Si eres consciente de esto, lo puedes gestionar bien. Si no, puedes llegar a tomar decisiones pensando a cinco años vista y no al largo plazo. Esta es la diferencia entre un socio a largo plazo o dinero a cinco años", advierte José Viteri, socio de DA2B.
Fuente: www.emprendedores.es / Por: Rafa Galán
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