Mónica Flores Barragán. La gurú del empleo

En este tiempo, los ingresos en ventas de todo el grupo Manpower a su cargo han crecido 5%, mientras la utilidad bruta aumentó 6% y la utilidad de operación lo hizo 8 por ciento. Cifras prometedoras para quien siempre ha tenido como meta “ser la mejor en lo que sea”, como le inculcaron en su formación familiar desde pequeña. De esta forma, agradecida por la oportunidad que ha encontrado en Manpower para crecer, Mónica se reconoce ambiciosa no de tener más, sino de ser más.

“Ha sido un reto encabezar la organización, ahora esto es lo que quiero infundir en la gente, que busquen todo el tiempo, desde cualquiera que sea la posición que desempeñen, ser los mejores, no conformarse y no caer en la mediocridad”. Como buena representante de los baby boomers, es exigente consigo misma y obsesiva con las cuestiones de trabajo, sin embargo, tiene claras sus prioridades y entre ellas, está su familia. A través del tiempo ha sabido equilibrar ambos mundos, al  darle a cada cosa su tiempo y espacio. 

“Hoy no compites por una posición con el mejor de tu plaza, lo haces contra el mejor del mundo, porque ahora los reclutadores lo hacen por internet y al subir tu currículo a un portal que ven en todas partes del mundo, entras a una competencia feroz”

“Si se me presenta una situación familiar grave, mi prioridad en ese momento está ahí puesta; ante una urgencia en mi trabajo, me concentro en buscarle la solución”, comenta. Fiel creyente del trabajo en equipo, “porque las estrellas individuales brillan cada vez menos”, gran parte de sus esfuerzos han estado puestos en la consolidación y mayor proyección de la Fundación Manpower, que tiene como vocación ayudar a incorporar al mundo laboral a grupos sujetos a discriminación, como adultos mayores, mujeres y personas con capacidades diferentes.

“Somos una empresa socialmente responsable y sentimos un gran compromiso con las áreas de recursos humanos de las empresas en México; en lo personal, me preocupan mucho los jóvenes latinoamericanos, a quienes no les estamos dando las herramientas ni les estamos creando las oportunidades para enfrentarse al mundo competitivo en que vivimos hoy”. Mónica es, al mismo tiempo, la primera mujer en dirigir a la reclutadora de talento en México y qué mejor momento, que esta época de reordenamiento mundial donde el tema en boca de todos es la situación laboral y el empleo, para platicar con ella.

¿Cuál es el panorama laboral en México, dónde nos vemos inmersos en el impacto de la crisis financiera global?

Sin duda son tiempos difíciles tanto para las empresas como para los individuos, pero necesitamos poner nuestro foco en que esto se va a acabar. No sabemos si va a durar uno o dos años, si ya tocamos fondo o faltan cosas por venir, pero de lo que sí tenemos certeza es que esto no es eterno. Entonces aquí lo importante es tener un equilibrio entre las decisiones de corto plazo y las de largo plazo. Si no analizamos el problema en perspectiva, podemos tomar decisiones muy equivocadas o sacar conclusiones poco afortunadas.

Los empleadores están temerosos y por consiguiente actúan con mucha cautela y toman medidas poco arriesgadas. Algunos han optado lamentablemente por el despido de personal, otros han procedido con paros técnicos o reducción de jornadas. Lo bueno de este periodo crítico es que nos empuja y obliga a pensar ‘fuera de la caja’, a tomar decisiones y acciones que en contextos normales no hubiéramos hecho, ya sea por comodidad, por que no eran urgentes o por que no hacían mucho ruido.

Esta situación es un rebote global y nos demuestra que verdaderamente el mundo ya cambió y es global, nos guste o no, las fronteras son cada vez más borrosas y no sólo para la economía, también para el talento. Hoy no compites por una posición con el mejor de tu plaza, lo haces contra el mejor del mundo, porque ahora los reclutadores lo hacen por internet y tú subes el currículo a un portal que ven en todas partes del mundo; además la tecnología permite trabajar desde cualquier parte, no necesitas estar en una oficina física y éste es uno de los paradigmas que hay que romper.

Ante la ola de despidos masivos en todo el mundo, ¿cuál es nuestra realidad?

La crisis ya está así que tenemos dos opciones, no hacer nada y lamentarnos, o ponernos la pila. La crisis, tarde o temprano, acabará y luego vendrá un repunte. Incluso entre más rápida sea la caída, más rápido será el despegue. Podemos actuar en dos sentidos: el primero –y me parece más grave– es no hacer nada, caer en la parálisis; el segundo, es prepararnos para el repunte. Estos momentos son difíciles para todos, así que mejor veamos cómo nos preparamos para aprovechar la oportunidad que vendrá después.

Es cierto que hoy más que nunca los individuos deben conservar y cuidar su empleo, porque no es el momento de tomar riesgos innecesario. Por otra parte, llegó el momento de entender que las organizaciones no nos valorarán por lo que estudiamos en el pasado, o por las horas-hombre que estemos sentados,  sino por los resultados que demos, por cuánto contribuyamos a la competitividad y productividad, porque esto es lo que buscan hoy.

¿Cuál es la situación del empleo y desempleo en México en lo que va de este 2009?

Nosotros hacemos una encuesta trimestral de expectativas del empleo que es predictiva, al inicio de cada trimestre le preguntamos a casi 5,000 empleadores de México y casi 30 mil a nivel global si va a aumentar o disminuir su plantilla laboral. Los resultados para el segundo trimestre del año fueron de -5, es decir, la resta entre los que planean contratar y recortar es negativa, desafortunadamente son más los que despedirán gente.

Esta cifra es la tendencia más negativa que hemos tenido desde que comenzamos a hacer la encuesta en México, en 2003. Pero no perdamos de vista que es una realidad no sólo de nuestro país, incluye a todo el mundo. Salvo algunas excepciones como Perú, India y Costa Rica, que salieron relativamente positivos. México se coloca en el grupo intermedio, ni somos los más optimistas pero tampoco los más pesimistas.

¿Qué buscan hoy los empleadores?

Gente con nuevas ideas, que empuje a cambiar las cosas para hacerlas de una  mejor manera, individuos que reten, empujen, cuestionen, porque quienes dicen siempre que sí, poco ayudan y aportan. Se necesita gente que sepa convencer y vender sus ideas. Las estrellas individuales cada vez funcionan menos porque lo que se requiere es trabajo en equipo.

Las empresas también buscan diversidad de edad, donde esté un joven de la generacion Y, con un adulto mayor,  éste tiene la experiencia, el conocimiento práctico, y el otro tiene ideas diferentes y el conocimiento digital. El reto es que fomentes que ambos se hablen, aprendan uno del otro y ambos generen nuevas ideas. Entre más diversos sean los equipos, más se enriqucererán las organizaciones.

Las 8 competencias para asegurar el empleo

Ante la globalización que vivimos, el mundo del trabajo cambió. La Unión Europea ha instado a los países a que incorporen en sus sistemas educativos ocho competencias que permitan a las nuevas generaciones mantenerse al día y de esta manera, insertarse con éxito en el mercado laboral.

1 Autonomía: capacidad de sustraer conclusiones, hacer elecciones de manera planificada, analizar las posibilidades y sus limitaciones con capacidad autocrítica, asumiendo los riesgos si se consideran necesarios.

2 Manejo numérico: hay que ver la realidad con números, armar presupuestos para las vacaciones, acordar los gastos y ajustarse a ellos. Aprender administración del dinero.

3 Pensamiento científico: los principios físicos, químicos y biológicos usados para comprender e interpretar el mundo deben servir para predecir y tomar decisiones. Respetar el medio ambiente e interactuar bajo este principio en la vida.

4 Competencia tecnológica: poder desenvolverse en el mundo digital, caminar con las tecnologías, saber buscar información en Internet y saber discriminar la que es fiable de la que no.

5 Aprendizaje:  tener la disciplina de seguir aprendiendo durante toda la vida, adquirir la habilidad pare crear, extrapolar y transferir conocimiento, con el fin de afrontar todo tipo de situaciones y resolverlas.

6 Disposición hacia la cultura: comprender y disfrutar de las artes con una visión propia y crítica, para el enriquecimiento personal y entenderlo como parte del patrimonio propio y ajeno.

7 Ciudadanía: comprender las formas de comportamiento, conocer los valores socialmente aceptados, derechos y obligaciones.

8 Lingüística: saber hablar y escribir para exponer y argumentar ideas propias. Poder hacer presentaciones en público, saberse comunicar en diferentes situaciones.

“Los empleadores buscan gente con nuevas ideas, que empuje a cambiar las cosas para hacerlas de una mejor manera, individuos que reten, empujen, cuestionen, porque quienes dicen siempre que sí, poco ayudan y aportan. Se necesita talento que sepa convencer y vender sus ideas”
“En el caso de México, que sí contamos con el bono demográfico, lo que sucede es que los universitarios no están estudiando lo que deberían y además, no poseen las competencias globales que el mundo requiere”

¿En qué tendrían que poner atención los líderes de las empresas?

Creo que desde antes de la crisis, no por esta coyuntura,  las áreas de recursos humanos se tienen que revalorizar y ser el brazo derecho de la dirección general. El capital humano en estas épocas de escasez de talento valioso, se convierte en un área crítica para las empresas, que si no pueden atraerlo, o no saben cómo retenerlo y motivarlo, pueden irse a la debacle. Hoy hablamos de una guerra por el talento, todos estamos peleando por los mejores, y esta caza es global.

Hay que traducir todos los esfuerzos de las áreas de recursos humanos en números, para convencer a la direccion general; decir cuánto cuesta tener rotación de personal, porque no sólo es tener la vacante, si no el costo de la búsqueda, la capacitación, la curva de aprendizaje, cuánto se dejó de producir por tener esa plaza  descubierta, etcétera. Es momento de ser creativos, rediseñar puestos y hacer retención de talento a la medida, es decir, diseñar políticas amigables para fomentar la participación de la mujer y los jóvenes, o los modelos de home office, que representan ahorros en metros cuadrados de renta.

¿Es global el fenómeno de la escasez de talento?

Hoy por hoy, a pesar de la masa crítica que está en búsqueda de empleo, hay pocos buenos talentos. Pero en los últimos años  lo más valorado era la especialización…

Sí, una cosa es la especialización y otra la renovación de habilidades. Hay que tener mayor visión de futuro a la hora de planear. Debemos estar al tanto de lo que sucede, sobre todo en el desarrollo de tecnología y pensar qué actividades puedo realizar que sean difíciles de sustituir con la tecnología. Estudiar idiomas, como el inglés. El fenómeno de fusiones y adquisiciones es más común que antes, así que si no hablo inglés estoy fuera de mercado.

Grandes corporativos e incluso las  Pymes, están inmersas en el mundo global, por lo que siempre tendrán un cliente, un proveedor, un curso o una conferencia en inglés. Hoy todos los estudiantes universitarios de la India lo dominan y en los próximos años, China será el país donde más individuos hablen este idioma. Como país tenemos el reto de generar  talento bilingüe, con ganas de aprender y rompa con la cultura de “es que la empresa no me paga la capacitación”, porque al final ¿quién se queda con el conocimiento?

¿Cómo mide un individuo qué tanto valor aporta a su organización?

Creo que es fácil. Basta con analizar qué tantas ideas nuevas aporta y qué tan cooperativo es para el trabajo en equipo. El que se limita a hacer lo que su descripción de puesto dice corre el riesgo de ser un mediocre. Hoy ante las nuevas condiciones se tienen que rediseñar los perfiles de puesto, porque ya no cabe decir “a mí ya no me toca eso” o “no es mi chamba”.

Es momento de cambiar la mentalidad porque  si no contribuimos a la competitividad en nuestra organización –y lo mismo aplica para empresarios que empleados–, no tenemos futuro. Vivimos en un mundo de hipercompetitividad y si no aporto valor, lo más seguro es que mi posición desaparezca. Los que se quedan deben sumar a la productividad y generación de utilidades, todos los demás son prescindibles en este momento.

Principalmente debemos pensar qué hacer para que mi empresa sobreviva, salga bien librada de este periodo y tenga una ventaja competitiva cuando termine la crisis. Porque todos los servicios y producto se pueden replicar fácilmente, es difícil mantener el valor diferenciador por mucho tiempo, wpor eso la gente que está en la organización debe pensar en innovación, en hacer las cosas mejor y más rápido, esta es la filosofía del trabajo de hoy. 

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por: Edna Lugo Pacheco(Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.)