Efrat Ravid, actual directora de marketing la plataforma de UX ContentSquare, recuerda el peor momento de su carrera. Durante su primera semana en otra empresa, la compañía estaba sacando algunas de sus operaciones de Estados Unidos para moverlas a sus oficinas en Europa.
El segundo día de trabajo le encargaron despedir a 35 personas que nunca había conocido. Efrat nos cuenta su historia y lo que otros pueden aprender de su experiencia.
Lo que sigue es un relato de primera mano de la experiencia de esta persona. La entrevista ha sido editada por su longitud y claridad.
“Hace 10 años, me contrató una compañía europea de tecnología muy bien establecida, con 800 empleados, y buscando hacerse pública. Para que su salida a la bolsa fuera exitosa, la empresa había tomado la decisión estratégica de mover su área de ventas y marketing a Estados Unidos.
A mi me contratron como vicepresidenta de marketing, lo que significaba que era mi responsabilidad planear y ejecutar la transición. Aunque ya me habían dicho que tenía que reestructurar y mover el equipo a Estados Unidos, no me había quedado claro que iba a tener que ver a 35 personas a los ojos y despedirlos. Pensaba que los cambios ya habrían sido comunicados antes de que yo llegara.
Sin embargo, no fue así. El segundo día de trabajo me llevaron a Inglaterra a “reestructurar” algunos de sus equipos, lo que en realidad significó que tuve que despedir a un equipo de marketing entero, más de 30 personas que eran completamente desconocidas para mi. Era gente que había trabajado ahí durante años.
Me senté con cada uno de ellos para hacerlo. Tuvimos que discutir dos cosas con cada uno de ellos, primero, decirles lo que iba a suceder (te vamos a despedir) y luego cuándo iba a pasar.
Una escritora de marketing fue una de las primeras personas que tuve que despedir. Era un poco más grande que yo y estaba segura de que nunca encontraría otro trabajo. Esto fue sumamente difícil. Ella lloró y dijo que no sabía cómo iba a ir a casa con esas noticias. No estaba segura de poder contarle a su familia y amigos que su trabajo ya no existía y que ya no la necesitaban.
El equipo de RH de la empresa no me ayudó. Ellos conocían a cada persona, conocían sus historias y sus fortalezas, y juntos intentamos ayudar a cada empleado a encontrar otro puesto en la empresa o a reubicarse en Estados Unidos. Les dijimos que no tenía nada que ver con su personalidad, que era por la mudanza a E.U. y los intentamos ayudar a encontrar un nuevo futuro. Incluso los intentemos ayudar a conseguir otro trabajo en la comunidad local a través de recomendaciones y consejo profesional.
Sin embargo, la empresa estaba ubicada en un pueblo pequeño, así que todo el mundo se conocía. Los afectados me veían como una villana que había venido de E.U. a quitarle sus trabajos a todos. Ese fue mi peor momento, sentí como que todos me venía como si fuera una mala persona.
Despedir a alguien es lo más difícil que un jefe tiene que hacer. Me sentí como George Clooney en esa película Up in the Air. Era un sentimiento horrible y no estaba segura de haber tomado la decisión correcta cuando acepté trabajar para esa empresa. Llamé a mi esposo y le dije que no estaba segura de por qué había aceptado el trabajo, que era la peor decisión que había tomado en mi vida. Estaba en shock y no pude dormir en dos semanas.
La buena noticia es que pude reubicar a algunas personas en la nueva oficina, contraté un equipo increíble y ayudé a otros con sus presentaciones personales. Como empresa, empezamos una optación exitosa en Estados Unidos con una campaña divertida y creativa para rebrandear la compañía para entrar a un nuevo mercado. Poco después la empresa fue comprada a un muy buen precio. Realmente creo que hice mi trabajo de la mejor manera posible, sin importar lo difícil que fue.
De esa experiencia aprendí que incluso cuando los cambios son difíciles y hay cosas que no son justas, en ocasiones los negocios tienen que hacer cambios por la razón correcta. También aprendí a no aceptar trabajos en los que tengas que despedir gente los primeros días y evaluarlos según un desempeño que yo no conocía.
Y a otras personas que se encuentren en una situación simular, les aconsejaría tratar a cada persona con muchísimo respeto. En hebreo tenemos un dicho: Cada persona es un mundo entero, trátalos como si fueran lo más importante. También recomendaría hacer equipo con otros ejecutivos que puedan ayudarlos y emplear todo el tiempo que se necesite para reconstruir la confianza.”
Fuente: entrepreneur.com / Por: Efrat Ravid
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