Los dos conceptos, aunque complementarios, no son lo mismo. Si quieres mantener una vida financiera sana, aprende a diferenciar el ahorro de la inversión. Y sácale el máximo provecho a ambos.
Significa separar una parte de los ingresos y reservarla. ¿De dónde se obtiene? Básicamente, de dos fuentes: de un aumento en los ingresos o una reducción en el gasto. Este “excedente” mensual en tu flujo es lo que destinarás, en forma ideal, a inversiones que hagan que tu dinero genere dinero. En otras palabras, el ahorro es el “recurso disponible”.
Un correcto plan de ahorro te permitirá contar con dinero suficiente para satisfacer tus requerimientos financieros futuros. Pero, ¿es suficiente? La respuesta es no. El paso siguiente y necesario al ahorro es la inversión, que permitirá que el “valor” de tu dinero no disminuya y, por el contrario, aumente.
Consejos básicos:
Define una cantidad fija de ahorro por mes.
Piensa a largo plazo (mínimo 12 meses).
Establece un objetivo (qué quiero, en cuánto tiempo y cuánto debo destinar al mes para lograrlo).
Haz crecer el ahorro, no el gasto.
Aprende a invertir tu dinero.
INVERSIÓN
Equivale a hacer productos los recursos disponibles en forma de ahorro. El objetivo básico es conservar tu poder adquisitivo con el paso del tiempo –que se ve disminuido con la inflación– y, posteriormente, incrementarlo.
La mejor forma de iniciarte es definir tus objetivos y plazos de acuerdo a tu perfil (conservador, moderado o arriesgado). Luego, puedes modelar tu propio plan en varios escenarios (optimista, realista y pesimista).
Invertir es destinar dinero a la adquisición de bienes, productos o servicios con la finalidad de obtener un rendimiento y, de esta forma, incrementar tu patrimonio.
¿Dónde invertir?
Bancos. Por lo regular, son la forma más fácil de entrar al mundo de las inversiones, por cercanía y confianza. Ofrecen opciones como cuentas de ahorro, cuentas de cheques y depósitos a plazo (a 30, 60 y 90 días). Ventaja: puedes disponer del dinero con rapidez. Desventaja: bajas tasas de interés.
Casas de bolsa. Son entidades que se dedican a la compra y venta de acciones bursátiles (que se transan en el “mercado de valores”). Ventaja: puedes acceder a mejores retornos por tu inversión. Desventaja: necesitas un buen asesor o estudiar a conciencia en qué empresa deseas invertir.
Fondos de inversión. Es una alternativa cada vez más utilizada en toda América Latina, donde han proliferado las operadoras y distribuidoras de estos fondos. En palabras sencillas, son entidades que concentran el dinero de muchas personas o empresas que se invierten en acciones, títulos de deuda o divisas. Ventaja: puedes comenzar con poco (en algunos países, como México, con US$ 1,000). Desventaja: necesitas un buen asesor y aprender a identificar cada fondo (hay más y menos riesgosos).
Otros. Propiedades, empresas, fondos de capital de riesgo, clubes de inversionistas, etc.
Fuente: www.voypormas.com
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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