“Guarda todo. Comparte de todo”, es el lema que rezaba la publicidad de Google ante el inminente lanzamiento de su servicio de Clouding Storage. Con una oferta de 5 GB de almacenamiento, Google Drive generó expectación en un mercado que se caracterizaba por la falta de competencia, todos los actores parecían estar cómodos con ofertas que diferían en volumen de almacenamiento.
En términos de capacidad, su competidor Dropbox ofrece 2 GB y suma espacio por cada nuevo usuario con el que se comparte información. Por su parte, SkyDrive de Microsoft se encuentra en el otro extremo, otorgando 7 GB de libre circulación para sus clientes. En esta área, el rival más directo de Google vuelve a ser Apple que con su iCloud, que también concede 5 GB a quienes disponen de sus dispositivos.
Sin embargo, la jugada que preparaba el buscador sorprendió al público en general pero no a los expertos. Ellos preveían que el servicio Google Docs mutaría para transformarse en Drive, y así fue.
Los primeros cambios que se vieron en el servicio incluyeron la modificación de la categoría de colecciones a carpetas de archivos, mientras que Google Docs Sin Conexión se reemplazó por la Sincronización de Google Drive que requiere la descarga e instalación de una aplicación en el PC. De esta forma, cada vez que se conecte a internet, la aplicación actualiza los datos instantáneamente.
Poco a poco, se fueron develando nuevas cualidades del servicio. Con aplicaciones desarrolladas por terceros, se pueden visualizar y editar otros formatos de archivo, mismas cualidades que ofrecía Google Docs, que hoy pasa a segundo plano y se convierte en una herramienta de Google Drive para la edición de documentos.
La sincronización de archivos puede ser utilizada con tres principales propósitos. El primero de ellos, para realizar un back-up automático del PC en Google Drive. Así, si un archivo se pierde desde la computadora personal, se podrá recuperar desde la copia en la red. Por otra parte, facilita la edición de archivos en la nube desde el PC, sin la necesidad de volver a descargarlos modificarlos y volver a subirlos a Internet. Pero sin lugar a dudas, una de las cualidades más llamativas es que posibilita la recuperación de versiones anteriores de los documentos editados. A no ser que se indique lo contrario, Google Drive no escribe sobre el nuevo documento, sino que mantiene un historial de anteriores modificaciones al archivo realizadas en fechas pasadas.
Privacidad y polémica
Los medios de comunicación y los expertos en tecnología, han hecho una crítica clara ante las nuevas políticas y términos de uso que exige Google Drive para su funcionamiento. La objeción más relevante, hace referencia a la licencia y autorización para utilizar todos los archivos que se disponen en su servicio. Aunque la empresa se ha defendido asegurando que no existe mala intención en sus condiciones.
¿Google es dueño de mis datos?, es la gran pregunta que se cierne en esta polémica. La desconfianza generada en el mundo tecnológico fue en medida, calmada tras la revisión exhaustiva de las condiciones de uso.
“Algunos de nuestros Servicios te permiten enviar contenidos. Tú eres el dueño de cualquier derecho de propiedad intelectual que tengas sobre ese contenido. En resumen, lo que es tuyo permanece siendo tuyo”.
Sin embargo, el mismo documento señala que Google tendrá permitido reproducir, modificar y generar nuevos contenidos, a partir de los archivos almacenado en su disco virtual.
“Cuando subes o envías contenido a nuestros servicios, le das a Google (y a quienes trabajan con nosotros) una licencia mundial para almacenar, reproducir, modificar, crear contenido derivado (como traducciones, adaptaciones y otros cambios para hacer que el contenido funcione mejor con nuestro servicio), comunicar, publicar, mostrar públicamente y distribuir tal contenido (…) Esta licencia continúa aún si dejas de usar nuestros servicios”.
La contradicción es notoria. La comparación con la competencia de Google, inevitable. En este sentido, tanto Dropbox como SkyDrive son, actualmente, más cautos en sus políticas. En el caso del servicio de Microsoft, se señala que los derechos sobre los archivos en sus servicios “sólo en la extensión necesaria para proveer el servicio” y con esta declaración se escuda ante posibles reclamaciones por los derechos sobre los contenidos.
El problema de Google es contar con políticas de uso unificadas para toda su gama de servicios online. De esta forma, puede crear perfiles más detallados de sus usuarios, para realizar publicidad enfocada, resultados de búsquedas acorde a los tópicos y preferencias de sus usuarios. A su vez, estos términos pueden resultar poco precisos de manera particular, para alguno de sus servicios.
Durante 2011, Dropbox también fue blanco de las críticas por el mismo motivo. El popular servicio tuvo que modificar sus políticas para recalcar el concepto de “derechos limitados” sobre los archivos para asegurar un buen funcionamiento.
Google ha hecho frente a las críticas y aunque no ha modificado sus términos, y sólo se ha dedicado a reforzar la consigna “lo que es tuyo permanece siendo tuyo.”
¿Confías en el almacenamiento en la nube?
Fuente: www.altonivel.com.mx
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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