El estudio británico Media Molecule es uno de los mejores ejemplos del balance ideal entre las compañías locales y las trasnacionales que mueven el mundo. Esta casa de desarrollo de videojuegos fue fundada en 2006 en Guildford, un modesto pueblo de menos de 100 mil habitantes al sur de Londres, para cuatro años después ser adquirida por PlayStation.
En esta última década, han publicado cinco juegos pertenecientes a tres distintas propiedades intelectuales originales (como LittleBigPlanet y Tearaway), de las cuales, la última es Dreams, que se lanzó globalmente la semana pasada.
Exclusivo para el PlayStation 4, Dreams es una de las piezas de software más esperadas de esta generación, ya que cuenta con al menos siete años de expectación por parte de los fans. Me refiero a Dreams de forma más vaga como software, porque no es exactamente un juego, sino una plataforma completa de creación multimedia, que incluye pintura, música, escultura, animación, narrativa y –por su puesto– videojuegos; asimismo es una plataforma para compartir y acceder a las creaciones de la autoría de su comunidad global. Todo esto suena exagerado y ambicioso, pero no es más que una descripción objetiva.
Lo más impactante de Dreams es que todo esto está contenido en un “juego” de PlayStation, que no requiere de más que una consola y una televisión. El otro triunfo técnico de este juego es su capacidad de democratización sin precedentes, ya que no está diseñado para programadores, artistas, o desarrolladores, sino para todo el mundo, desde niños hasta adultos, de forma intuitiva y accesible. En toda la historia de los videojuegos, o de la computación en general, no había existido una herramienta tan poderosa y universalmente accesible como Dreams.
Aunque Media Molecule es un estudio de apenas unos 50 miembros, cuentan con el respaldo financiero, tecnológico y creativo de un gigante como Sony Computer Entertainment. Al igual que su estudio creador, Dreams es un ejemplo del increíble potencial que puede guardar un pequeño proyecto cuando crece a escala global. Con el paso de las horas probando la versión comercial de este título, sólo me iba dando cuenta de que no estaba más que alcanzando la superficie de todo lo que es posible.
El título comienza introduciendo a unas criaturas mágicas llamadas Imps, que son una especie de esferas caricaturescas flotantes con la capacidad de canalizad y usar el poder de los sueños. Éstos no son más que una forma sofisticada de la herramienta principal para controlar la interfaz; por un lado, funcionan como cursor para navegar el mundo, pero por otro también sirven para poseer a los distintos personajes con los podemos jugar en las creaciones.
El set de herramientas de Dreams es abrumadoramente profundo y completo, al mismo tiempo que es sencillo de usar. Eso no significa que no sea complejo, o que no requiera de tiempo para aprender. Afortunadamente, hay una gran cantidad de tutoriales prácticos, acompañados con una serie de videos con narrador que nos asisten en el aprendizaje de la interfaz y sus herramientas. El tan sólo terminar los tutoriales requiere varias horas, pero si alguien no tiene interés en eso, puede pasar directo al modo campaña, o a las creaciones de otros usuarios, que al momento de su lanzamiento comercial ya es imposible probarlas todas.
Es complicado contar todo lo que se puede hacer en Dreams sin mostrarlo, así como poner en perspectiva el inaudito nivel de simplificación que lograron para permitir el uso de una suite de herramientas tan especializadas sin necesidad de conectar un mouse. Aunque también lleva algunas horas acostumbrarse, el DualShock 4 es una perfectamente útil herramienta de control gracias a su capacidad de control de movimientos en conjunto con sus dos sticks.
Desde un cuento, hasta un video musical o un videojuego, niños a partir de 10 años pueden adentrarse en la creación de contenido interactivo de una forma que simplemente no era posible. Aunque hay otras opciones similares en concepto, como por ejemplo Minecraft o Super Mario Maker, ninguna de éstas dos se acerca a la escala de las posibilidades que ofrece Dreams.
Desgraciadamente, Dreams podría ser para todos, pero no lo es. Si bien todo tipo de audiencia con diferentes niveles de experiencia podría sacar provecho de este software, no todos los dueños adultos de un PlayStation 4 tienen el tiempo necesario y la dedicación que requiere Dreams. Tan sólo pensar en el número de cosas que se pueden construir es agotador, pero esto también significa que los 40 dólares que cuesta este título es casi nada en comparación del valor, calidad y cantidad de horas de entretenimiento que ofrece.
Aunque estaba confirmada la compatibilidad con el PlayStation VR, Dreams aún no soporta funciones de Realidad Virtual, por lo que se espera que en el futuro se abra otro mundo de posibilidades con subsecuentes actualizaciones.
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