TLAXCO, México (Reuters) — Julio Salinas confiesa que a veces le ganaba el sueño trabajando frente a su máquina de coser en una importante maquiladora en México. Ahora que la crisis económica desencadenó su despido y el de decenas de compañeros, Salinas no puede pegar el ojo pensando en la forma de llevar dinero a casa.
El coletazo de la recesión no ha pasado por alto este rincón de México y llegó con una despiadada ola de despidos de las decenas de fábricas de la zona, que venden sus productos principalmente a Estados Unidos.
El parque industrial de Tlaxco, llamado Xicoténcatl III, parece casi un pueblo fantasma: sus bodegas llenas de mercancías que no encuentran cliente contrastan con las decenas de escritorios vacíos y las maquinarias detenidas.
Miles de mexicanos sufrieron despidos en los últimos meses, mientras las empresas se ven obligadas a reducir sus costos y su producción por el desplome de ventas que trajo la recesión y la consecuente menor demanda en Estados Unidos, que compra más del 80% de las exportaciones totales de México.
Las cifras son rotundas. De acuerdo con el Gobierno, México perderá entre 250,000 y 300,000 empleos este año. Pero un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estimó que la pérdida podría ser de hasta unas 500,000 plazas.
Otros creen que las cifras son conservadoras, pues esperan que miles de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos regresen a su país, ya que la recesión también los ha dejado sin empleo.
Salinas pasó a formar parte de las estadísticas cuando dejó de percibir el salario de 2,000 pesos semanales (137 dólares) que ganaba cosiendo prendas para Grupo Vanity en Tlaxcala, uno de los 10 estados con mayor tasa de desempleo del país.
"Por ahora estoy intentando en el comercio, pero ahorita hay mucha competencia por la crisis económica y todo está muy crítico, a veces no puedo dormir", dijo.
Cuanto más tiempo pase, peor
Las cifras oficiales del Instituto Mexicano del Seguro Social aseguran que el año pasado se perdieron unas 260,000 plazas, un desplome considerable a pesar de que la economía se habría expandido un 1.5%.
Los analistas no quieren ni pensar qué puede llegar a pasar ahora que el Gobierno espera una contracción del Producto Bruto Interno (PIB) de hasta el 1% este año y cálculos privados pronostican hasta una caída del 4%.
"Si no se reactiva la economía desde ahora, el próximo año será peor, porque las medidas de la política macroeconómica no actúan de inmediato", dijo José Luis Calva, analista del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
De acuerdo con cifras oficiales, 43.3 millones de personas tienen trabajo de los 104 millones de mexicanos, una cifra que también incluye a la gigantesca economía informal, que muchos especialistas creen es casi tan grande como la formal.
Algunos pintan un panorama de nubarrones, como el multimillonario Carlos Slim, que con su imperio de negocios es el segundo mayor empleador privado de México detrás de Wal-Mart y que con sus comentarios ganó críticas veladas del Gobierno.
"Van a quebrar las empresas, muchas chicas, medianas y grandes; van a cerrar los comercios; va a haber locales cerrados por todas partes; los inmuebles van a estar vacíos", dijo Slim la semana pasada.
En su intento de amortiguar el golpe de la crisis, México ha reforzado sus iniciativas de infraestructura, que se suman a un plan de más de 200,000 millones de dólares a cinco años anunciado en el 2007.
Esta misma semana, el presidente Felipe Calderón dijo que hay disponibles 137 millones de dólares para evitar despidos en aquellas empresas que incurran en paros técnicos, que es cuando se detiene la producción y se paga a los empleados sólo una parte del sueldo para evitar despidos.
La filial en el país de Volkswagen ya despidió a 400 trabajadores temporales, en tanto que General Motors despedirá este mes a 600 en su planta en el norte de México.
Nissan podría despedir a unos 6,000 trabajadores en su planta en Aguascalientes, en el centro del país.
Y la onda expansiva está alcanzando a otras empresas que ofrecen productos y servicios.
Hass Automotive de México, que suministra palancas de velocidades y el freno de mano a Volkswagen, está resintiendo las menores ventas de su socio y no descarta hacer más despidos de los que ya se ha visto obligado a hacer.
"Bajamos un 20% de los empleados y como tenemos de cliente a Volkswagen únicamente eso nos impacta mucho directamente", dijo Andreas Vieweg, director general de la empresa, instalada en Tlaxco. "Ahora estamos haciendo paros técnicos y bajando los salarios al 50%", dijo.
Bodegas llenas, escritorios vacíos
María Armas, una empleada de la maquiladora Cooperativa Tlaxco, teme que le pase lo mismo que a Salinas, luego de que la empresa que fabrica pantalones le suspendió en enero por primera vez el pago de su salario, implementó paros técnicos y tiene sus bodegas repletas por la caída en la demanda.
"La cuestión económica es alarmante para todos y estamos haciendo lo que podemos, somos una empresa muy vulnerable", dijo Armas, de 35 años. "Tenemos muy poca producción y en enero por primera vez no recibimos nuestra nómina", agregó.
Los hermanos Moguel, José y Arturo, cerraron a finales del año pasado su maquiladora de textiles en el estado de Veracruz, para operar únicamente su planta en Tlaxcala, que en diciembre sufrió un recorte de personal del 5%.
Pero en la planta de Tlaxcala, de unos 360 empleados, una mayoría de los escritorios están vacíos, y las bodegas están llenas de pantalones de vestir que no se sabe cuándo podrán salir al mercado.
"El mercado estadounidense se contrajo mucho y el mercado mexicano se está contrayendo", dijo José, el director de Ermo Industrial. "No tenemos órdenes de resurtido, estamos teniendo la mercancía en bodega esperando algo que no se ve qué vaya a pasar", agregó.
Fuente: CNNexpansion
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