(CNNExpansión.com) — El súper peso ha generado posiciones encontradas entre diversos sectores, organismos y autoridades financieras del país. Mientras unos piden que la moneda se deprecie, a otros no les incomoda la fortaleza que ha ganado tras la crisis.
¿Qué tan importante es para un país basar su competitividad en un peso fuerte? Los economistas creen que no debe ser así, pues México requiere una serie de cambios estructurales para competir en el exterior, no sólo apoyarse en una moneda fuerte o débil.
Los industriales demandan que la moneda se deprecie para evitar la pérdida de rentabilidad que registran las exportaciones. En tanto, el ex gobernador del Banco de México (Banxico), Guillermo Ortiz, ha dicho que si el tipo de cambio continúa con su apreciación, las autoridades monetarias deberían intervenir.
Por el contrario, y en perfecta sintonía, al gobernador del Banxico y al Secretario de Hacienda, Agustín Carstens y Ernesto Cordero, respectivamente, la apreciación del peso no les preocupa.
Recientemente, el jefe de la Unidad de Planeación Económica de la Secretaría de Hacienda, Miguel Messmacher, aseguró que el peso mexicano aún muestra una depreciación muy significativa en términos reales pese a una reciente carrera alcista y que no hay problemas con la evolución y funcionamiento del tipo de cambio flexible.
El viernes pasado, el tipo de cambio alcanzó una cotización de 11.9885 pesos por dólar a la venta, su menor nivel en los últimos 27 meses, similar al del 6 de octubre de 2008. Aun cuando hay resistencia de algunos participantes por ver un peso más fuerte, el mercado tiene otra expectativa y prácticamente apuesta por una moneda más apreciada.
La posición especulativa del peso en el Mercado de Futuros de Chicago (CME por sus siglas en inglés) apoya a la moneda mexicana. Al 1 de febrero, de acuerdo con las cifras más recientes, la posición especulativa del peso pasó de 3,940 a 4,290 millones de dólares, lo que significa que los inversionistas esperan que la moneda nacional se siga fortaleciendo frente al dólar.
Lo anterior toma fuerza considerando la expectativa de que los flujos de inversionistas extranjeros hacia países emergentes, con buenos fundamentales, se mantengan. En el caso de México se espera que estos flujos continúen los próximos meses a los mercados financieros, sobre todo al de dinero, según Salvador Orozco, subdirector de Análisis de Mercado de Dinero y Cambios de Santander.
El pasado viernes se ejercieron 290 millones de dólares, de los 600 millones de dólares de la subasta de opciones del mes de febrero, como resultado de la liquidez que se mantiene en el mercado de cambios.
Asimismo, al Banco Mundial (BM) no le preocupa una moneda fuerte. Joost Draaisma, economista senior para México del organismo financiero, apunta que antes de la crisis el país partió de un nivel de tipo de cambio de casi 10 pesos por dólar.
Durante la crisis de 2008 y 2009 la moneda cayó hasta 15% y hoy cotiza cerca de 12 pesos por dólar. "Si se compara con 2008, todavía tiene algo de depreciación, mientras que países como Colombia, Chile, Brasil ya recuperaron el nivel que tenían antes de la crisis e, incluso, sus monedas se están apreciando más", dice Draaisma.
Esto les preocupa a aquellos países, pero en México la competitividad es mayor porque todavía tiene un colchón de la depreciación que surgió de la crisis. Desde luego, en el momento en que un tipo de cambio se aprecia más se deben observar las causas, si se debe a flujos de capital volátil o a una mayor productividad del país.
El peso debería ser una variable de llegada, no de inicio, afirma Gerardo Herrera, director de los Postgrados de Comunicación de la Universidad Panamericana (UP), y la premisa debería ser "exportar más porque somos más competitivos".
De hecho, destaca que el primer exportador del mundo no es China, sino Alemania. Los trabajadores alemanes y sus productos son caros, pero de buena calidad y "esa debería ser nuestra estrategia: productividad, no mercados cambiarios, aunque ciertamente el mercado cambiario es algo en lo que tenemos que fijarnos".
No todos los mexicanos conocen que es una TIIE o el Cete, pero sí saben que sube o baja el peso y "está en nuestra programación que el peso es el termómetro de la economía nacional, al que se van todas las expectativas y todos los comentarios, pero debemos tener una visión más holística de la economía, ver las cosas enteras, en su totalidad, y hacerlas bien y no sólo en cuánto las vendemos", dice.
La moneda da una competitividad artificial, asegura Luis Flores, economista senior de Ixe Grupo Financiero. Puede abaratar las exportaciones o encarecerlas y "como exportador no es algo que se pueda manejar porque se depende del tema del tipo de cambio, pero también deben ser más innovadores, creativos, más productivos, reducir costos, ser más eficientes en sus procesos, tener un producto de mejor calidad, mejorar servicios de entrega".
Muchas de esas condiciones no sólo las genera el exportador, pues dependen también de los gobiernos locales y federales, como es contar con la infraestructura adecuada, crear un mejor ambiente de negocios, tener una política fiscal más adecuada, brindar más seguridad física y jurídica.
"Esto último crea competitividad estructural, que al final es lo que predomina en el largo plazo. En los últimos 10 o 15 años, traemos un discurso donde lo importante no es estar manipulando la moneda local, sino estar impulsando reformas estructurales de largo plazo que hagan mucho más eficientes, productivos y competitivos a los empresarios mexicanos", afirma.
En un sistema de libre flotación, el mercado ajusta sólo a la moneda. El temor de los economistas clásicos es que si se frena la apreciación, se corre el riesgo de que se les pase la mano, opina el catedrático de la UP.
"Si el peso se sigue fortaleciendo, el mercado interno va a suplir en parte la demanda que necesita la industria, pero no nos va a permitir crecer. Si se trata realmente de crecer, no basta con que el mercado interno acolchone con un peso fuerte, necesitamos un peso que sea competitivo que podría ser de entre 13 y 13.20 pesos por dólar, un nivel de 12.20 pesos no ayuda, aunque tampoco es catastrófico, mientras que 11.60 nos saca de la jugada".
A inicios de año, Banamex estimó que el tipo de cambio podría alcanzar un nivel de 11.80 por dólar hacia finales de 2011 y que su optimismo cambiario frente a las mejores perspectivas de recuperación económica local se ha visto rebasado.
De hecho, el peso mexicano es la moneda en América Latina más competitiva, y Sergio Kurczyn, subdirector de análisis macroeconómico de Banamex, destacó que el peso se encuentra 8% subvaluado, por lo que todavía tiene margen de apreciación.
"Al tener un peso muy competitivo empezamos a gastar de más, porque resulta más barato importar los productos extranjeros, pero la balanza de pagos se empieza a desbalancear y eventualmente nos puede llevar a un ajuste que podría ser tan brusco o tan leve dependiendo del tiempo en que se prolongue la fortaleza del peso", añade el especialista de la UP.
Para mañana: Cómo afecta la fortaleza del peso al sector exportador mexicano, sobre todo de manufacturas.
Fuente: CNNExpansión.com / Por: Isabel Mayoral Jiménez
Publicado por: TuDecides.com.mx
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