BUENOS AIRES (Reuters) — Argentina cayó en un default por segunda vez en 12 años después de que se desvanecieron las esperanzas de un acuerdo de medianoche con los acreedores "holdouts", lo que prepara el camino para desplomes en los precios de las acciones y los bonos este jueves y aumenta las posibilidades de que una recesión agravada este año.
Después de siete horas de reuniones en Manhattan, el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof, dijo que los acreedores "holdouts" —liderados por los fondos NML y Aurelius— rechazaron de nuevo la oferta de sumarse al canje bajo la mismas condiciones de sus bonistas reestructurados.
El funcionario agregó que tampoco aceptaron un pedido argentino para que le pidan a la justicia que suspenda la orden que le impide al país honrar su deuda en el extranjero si no le paga también a los "holdouts".
"Les ofrecimos que entraran a canje inmediatamente pero aspiran a ganancias mucho más grandes si pueden obtenerlas. Lo que querían era algo imposible para el Estado", sostuvo el ministro en una rueda de prensa en el consulado argentino en Nueva York.
El mediador judicial Daniel Pollack, que intercedió en las cinco reuniones que celebraron las dos partes desde inicios de mes, dijo en un comunicado: "La República de Argentina inminentemente estará en default".
"No es una mera condición 'técnica', sino que es un evento real y doloroso que perjudicará a la gente", sostuvo. "El ciudadano común argentino será la víctima real y última".
Incluso un default de corta duración aumentará los costos de endeudamiento de las empresas, acumulará más presión sobre el peso argentino, drenará las reservas de divisas ya disminuidas y avivará una de las tasas de inflación más altas del mundo.
"Va a complicar la vida para las empresas como YPF que iban a buscar financiamiento en el extranjero", dijo Camilo Tiscornia, exgobernador del banco central de Argentina. YPF, la energética controlada por el Estado, necesita fondos para desarrollar el yacimiento de esquisto Vaca Muerta en Argentina.
Argentina buscó en vano una suspensión de último momento de la decisión del juez estadounidense Thomas Griesa que ordenó a Buenos Aires compensar a los acreedores holdouts con 1,330 millones de dólares más intereses. Griesa decidió que Argentina no podía pagar su deuda reestructurada a menos que pague a los holdouts al mismo tiempo.
En una solución de último momento, un grupo de bancos privados argentinos ofreció a los fondos de cobertura comprarles los bonos impagos para que Griesa levantara el bloqueo a los pagos de deuda, según fuentes.
Pero la última ventana de esperanza para un acuerdo se cerró cuando los bancos y los holdouts no hallaron terreno común, dijeron a Reuters fuentes del sector bancario y del mercado financiero.
"Este es un default muy particular, no hay un problema de solvencia, así que todo depende de la rapidez con que se resuelva", dijo el analista Mauro Roca de Goldman Sachs.
Tan grave como lo es, la situación está muy lejos del caos tras el desplome económico del país en el 2001-2002, cuando la economía se tambaleó en torno a un Gobierno en bancarrota, y millones de argentinos perdieron sus empleos.
Esta vez el Gobierno es solvente. Cuánto sufrirá el país por el default dependerá de qué tan rápido la Casa Rosada pueda encontrar una salida del problema.
Buenos Aires había dicho que si aceptaba las demandas de los fondos de cobertura de pagarles en su totalidad violaría una cláusula que le prohíbe ofrecer mejores condiciones que las que aceptaron otros tenedores de bonos que participaron de dos reestructuraciones de deuda incumplida en 2005 y en 2010.
Sin embargo, esa cláusula expira el 31 de diciembre, después de lo cual el Gobierno podría llegar a un acuerdo con los holdouts. Inversores y economistas aún esperan una solución por separado antes de esa fecha.
"Nuestro escenario base es que un default sería resuelto para enero del 2015", dijo Alberto Bernal, socio de Bulltick Capital Markets con sede en Miami.
Bernal proyectó que el default podría hacer que la economía se contraiga en 2% este año, lo que se compara con un consenso anterior del mercado de una contracción del 1%.
El fracaso en alcanzar un acuerdo no provocará turbulencias financieras en el extranjero porque Argentina ha estado aislada de los mercados globales de crédito desde su default de 2002, pero el repunte de los mercados internos en los últimos días por la esperanza de un acuerdo probablemente revertirá su curso.
Los rendimientos del bono argentino Discount al 2033 cayeron el miércoles a su nivel más bajo en años alrededor de tres y medio, y el índice Merval del país sudamericano alcanzó un récord.
"La corrección (del mercado) dependerá de la percepción sobre cuánto tiempo se tardará en resolver el default", dijo Roca.
Fuente: CNNExpansión
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