Bugatti Vieron, pura sangre

Tal vez se trate de una coincidencia, pero si asomáramos la cabeza en la oficina de Franz Josef Paefgen, nombrado presidente de esta firma el pasado mes de marzo, seguramente veríamos sobre su escritorio una o más revistas de moda, porque hace 50 años mademoiselle Chanel presentó su primer par de zapatos en dos tonos. “Una mujer con buenos zapatos nunca podrá ser fea”, declaró, al tiempo que mostraba un modelo confeccionado en piel beige con la punta en color negro, detalle tomado del calzado masculino para disimular las manchas.

Desde entonces, numerosas mujeres y algunas luminarias de la talla de Brigitte Bardot y Catherine Deneuve han llevado en sus pies este estilo bicolor. Hoy, en las colecciones más recientes de Chanel, Karl Lagerfeld, director artístico de esta casa de modas, mantiene vigente el contraste de aquel primer modelo, pero en zapatillas de piso e incluso sandalias.El Veyron es un viejo conocido cuya estructura se caracteriza por sus superficies con planos bien definidos. Ya en las páginas de esta revista lo vimos hace algún tiempo luciendo contrastes de grises con tonos azulados, e incluso antes, cuando se trataba de un prototipo y sus colores eran negro y rojo. Sobre el Pur Sang, ahora inspirado en la moda, coincidencia o no pero el tema es el mismo, sólo con la variante de que el contraste lo producen los materiales al desnudo del Veyron: la fibra de carbón y el aluminio.

El efecto es muy didáctico porque permite ver cómo construyeron este coche. Por un lado tenemos el monocasco como componente principal de la estructura, al cual se adosaron sistemas importantes como la suspensión e incluso el motor W16 sobrealimentado por medio de cuatro turbocargadores. Por el otro, como complemento, aparecen los paneles de aluminio que lo transforman en una escultura capaz de dialogar con el viento a más de 400 km/h, velocidad que alcanza gracias a los 1001 caballos de fuerza que produce.Bugatti se caracteriza por fabricar un número reducido de autos, por lo que sus ventas son pocas, aunque muy sustanciosas. Paefgen conoce a la perfección este tipo de mercado y tiene la cualidad de abordarlo de forma diferente, con resultados que sorprenden a todos.

Cuando en 2002 fungió como director de Audi, le encomendaron la tarea de dirigir Bentley, otra subsidiaria de lujo del grupo Volkswagen, y en tan sólo dos años consiguió incrementar seis veces las ventas de esta firma, sobre todo a partir del lanzamiento del Bentley Continental GT. Además de ser un hombre de negocios, Paefgen es un coleccionista apasionado de autos y tiene actitudes curiosas, que prueban su aversión a las poses, como el hecho de conducir a menudo el Morris Minor 1956 que tiene en Inglaterra. “Me gusta ir a beber cerveza a un pub y hacerlo en un Bentley es algo exagerado”.

Sin duda, una persona como Paefgen sabrá encaminar a Bugatti hacia un futuro promisorio dentro de este pequeño pero creciente nicho de autos fabricados a mano, en ediciones limitadas, para satisfacer a conductores que desean un desempeño extraordinario, diseño exclusivo y detalles artesanales en los acabados.