Lo que un reclutador no quiere leer en un e-mail

Lo cierto es que nadie nos ha enseñado a usar apropiadamente la herramienta del correo. Apenas una persona ingresa a Internet, puede abrir una cuenta gratuita y empezar a mandar correos desde ese momento.  

Errores a evitar

A falta de un Manual de Buenos Modales en el uso del e-mail, le sugerimos a los candidatos que eviten mandar correos que:

No indiquen el asunto. Recordemos que los reclutadores son personas muy ocupadas y que difícilmente darán respuesta a una persona que no se tomó la molestia de aclarar cuál es el fin de la comunicación.  

Se dirijan indiscriminadamente a una lista de destinatarios. Nada más molesto que sentirse “uno más en la lista”. Si el remitente del correo no fue capaz de personalizar su mensaje, es muy probable que el reclutador no lo abra o incluso, que su bandeja de entrada lo confunda con un correo spam.  

Fallar al escribir el nombre del destinatario. Es un detalle que ciertamente puede desconcertar a cualquiera. Confundir al licenciado Uruchurtu con el licenciado González. ¡Un pase directo a la papelera de reciclaje!  

Utilizar un lenguaje demasiado informal. Si el candidato se toma el atrevimiento de escribirle al reclutador como le escribiría a su mejor amigo, es poco probable que al primero le cause simpatía. Por el contrario, estos mensajes reflejan la falta de seriedad del remitente.  

Incluyan errores de ortografía y redacción. En este punto ¡no hay pretexto que valga! Actualmente existen muchas herramientas en línea de acceso libre, que permiten revisar los textos a fondo. Estos errores denotan falta de profesionalismo por parte del candidato.  

Provengan de cuentas cuyos usuarios hagan dudar de la seriedad del remitente. Y es que recibir un correo de niñabonita@ latosoporsiempre@ o bien andreitajuvenil@ siempre nos harán dudar de que el usuario esté buscando con seriedad un empleo. Es mejor tener una cuenta con el usuario con nombre de pila, siglas o el apellido; que no revele la identidad abiertamente pero que tampoco suene infantil.  

Sean demasiado largos. Si el candidato piensa que, contarle la historia de su vida al reclutador puede hacerle ganar puntos, está en un error. Quien recibe su correo no tendrá tiempo más que para darle una leída rápida al texto del mensaje, en todo caso, se enfocará más bien al currículum y los datos de contacto.  

Evidencien la desesperación por encontrar empleo. Un candidato que no se respete a sí mismo y asegure en su correo que “aceptará cualquier oferta”, puede decepcionar al entrevistador. Quien escriba con naturalidad sobre sus deseos de encontrar un empleo, tiene más probabilidades de hacerlo.  

Toquen temas delicados. Por ejemplo, escribir sobre las expectativas salariales es una muy mala estrategia. Regularmente esos temas se tocan en la entrevista de trabajo.  

No cuiden la forma. Esto significa que los correos no deben escribirse sólo con mayúsculas (entre los usuarios de medios electrónicos, se entiende como si el remitente estuviera gritando) y tampoco deben acompañarse de diseños infantiles (personajes de caricaturas, corazones o emoticones), que le restan seriedad a la comunicación. Es aconsejable usar una letra legible (en tamaño y estilo) de color obscuro y si abusar de la tipología. La idea es facilitar la lectura y no complicarle la vida al reclutador.  

Copien a personas desconocidas. Si en los campos CCP el reclutador ve el nombre de una persona que desconoce o ¡peor aún! la dirección de un colega de la competencia, obviamente no dará respuesta al mensaje.  

Como es fácil observar, la comunicación por correo electrónica debe ser prudente, educada y eficaz. A veces, basta con hacer una revisión del texto desde el punto de vista del destinatario, ¿en verdad verá con buenos ojos ese correo?

Fuente: www.mundoejecutivo.mx Colaboración exclusiva para Mundo Ejecutivo web