En estos días de redes sociales y comunicación instantánea, no es difícil afectar tu reputación con un blog sobre tu jefe o un mensaje de Twitter mal respondido. Sin embargo, el peligro de dañar tu imagen está presente en todas tus relaciones que mantienes en la oficina.
No sólo se tratan de grandes incidentes, como el acoso sexual o el plagio, las pequeñas actitudes que tomas a diario pueden darte una imagen poco profesional. Cosas como la puntualidad, la fiabilidad, la humildad y la rendición de cuentas claras pueden forjar tu futuro en la empresa.
Emily Bennington, autora de “Effective Immediately: How to Fit In”, expone las áreas donde se debe tener especial cuidado en la oficina para que tu reputación no se vea afectada.
1. Comunicaciones con cuidado: los correos electrónicos suelen dañar la imagen de una persona que sólo envía mensajes graciosos que no tienen relación con su trabajo. Además, un correo electrónico mal redactado refleja las habilidades de la persona que lo envía.
Evita discutir situaciones de la empresa con un “responder a todos”, pues la mayoría de los mensajes sólo tienen sentido para algunas personas y no para todos los destinatarios. Además, los problemas deben ser resueltos de manera privada con la persona correspondiente.
2. En el ojo público: las juntas son otra zona de peligro. Las personas recién contratas están ansiosas por destacarse ante sus los colegas más experimentados, por lo que suelen levantar la mano para comentar mucho. El peligro está en que muchas de esas aportaciones son inútiles; es mejor mostrar curiosidad y atención en lo que pasa en la reunión. De lo contrario, corres el peligro de mostrarte como un novato ambicioso.
También es sumamente importante evitar interrumpir o avergonzar a tus compañeros en una reunión. Recuerda que todo entorno social tiene sus reglas no escritas. Trata de conocerlas y respetarlas lo más posible.
3. Relaciones: de las buenas relaciones con tus compañeros de trabajo, tus jefes pueden determinar tu futuro en la compañía. Es normal que cuando te ascienden, tus antiguos compañeros no quieran trabajar bajo tu supervisión. Según Bennington esto es complentamente natural, por lo que debes tratar de ganarte tu nuevo lugar y demostrarles a tus compañeros que estás capacitado para el nuevo puesto.
Es imposible no forjar lazos afectivos con personas con las que convives la mayor parte del día, pero debes recordar que los problemas personales deben quedarse en privado. Nadie quiere contratar a una persona que no se lleva bien con sus compañeros.
4. La no reputación: a decir de la experta, lo único peor a la mala reputación es no tener reputación, es decir que nadie te conozca o te ubique. Lamentablemente, el trabajo no habla por sí solo, por lo que debes trabajar en tus habilidades de networking y socializar con tus compañeros. Muchas veces los ascensos se consolidan cuando los compañeros dan su buena opinión de tu trabajo.
¿Qué otras faltas dañan la reputación en la empresa?
Fuente: www.altonivel.com.mx
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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