El cierre de año es uno de los momentos en los que el director o presidente de la compañía aprovecha para dar un mensaje sobre los logros y expectativas de las epresas, sin embargo, la mayoría de las veces, los discursos suelen ser tediosos, aburridos e inclusive, faltos de sentido.
No obstante, los expertos aseguran que las palabras de fin de año son fundamentales para crear una conexión con los colaboradores y animarlos para un nuevo periodo laboral.
¿Qué es lo que debemos decir? ¿Cómo hacerlo y en qué momento? De acuerdo con Luis Arciniega, profesor e investigador del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) uno de los puntos centrales de los discursos de fin de año, es el reconocimiento por área o de manera individual por los logros que se alcanzaron en un año. “Estudios en EU y Latinoamérica señalan que un elemento primordial es el reconocimiento de áreas específicas en las grandes empresas; y si se trata de una pequeña o mediana organización, el reconocimiento personal y sus contribuciones para lograr objetivos, es imprescindible”.
Esto puede generar un efecto cascada. “A medida que el directivo señale los logros de la empresa evitando generalizar diciendo que el “logro” fue de todos, sino más bien separando lo que hizo cada área o cada persona en específico, el discurso se vuelve altamente significativo, la gente se siente identificada con la organización y se compromete”, comenta el experto.
¿Con chistes o sin chistes?
Si algunos líderes pensaban que la mejor manera de captar la atención de los colaboradores durante el discurso de fin de año es haciendo chistes o sacando al cómico profesional que llevan dentro, están equivocados.
Como la mayoría de la estructura en una empresa, sus objetivos y logros se hacen de manera particular y de acuerdo a las necesidades que esto involucra. Un discurso es igual, la personalidad del directivo es la que debe marcar la pauta y el ánimo con la que se tiene que hablar, de lo contrario, esto podría causar un rechazo por parte de los trabajadores, al creer que se les está engañando.
“Es importante que el discurso dependa, de manera directa, de la cultura organizacional y de la personalidad del líder, lo peor que puede hacer alguien en el discurso es que se quiera hacer el simpático, cuando su personalidad siempre ha sido seria o simplemente no tiene esa personalidad; si se finge en el discurso, éste pude dar pauta a burlas, incongruencias, sopechosismos y falta de identificación para con el grupo”, señala.
De igual manera, muchas veces se cree que llenar a la gente de altas expectativas comprometerá a los trabajadores para que estos sean más productivos, sin embargo, la sicología social dice algo distinto. “Es como en alcohólicos anónimos, a ellos no les dicen – deja de tomar un año-, no, a ellos se les dice – deja de tomar en 24 horas-. Lo mismo pasa con los objetivos en las empresas, cuando estos llegan a ser demasiado ambiciosos, lo mejor es que se vayan dosificando; si la meta del crecimiento anual es del 60%, lo mejor es irnos por números más pequeños y metas cortas, bien se puede hablar de las metas del primer trimestre”. De acuerdo con el experto, las metas grandes suelen dar miedo a los empleados y, muchas veces, no se sienten capaces de lograrlas, afectando directamente su productividad.
Con el objetivo de que tu discurso sea corto, claro y conciso, Luis Arciniega nos comparte los cinco puntos que no debes dejar pasar en tu discurso de fin de año:
• Objetivo: el líder debe tomar en cuenta que mientras más corto y emotivo sea el discurso será mejor captado, por ello tener claras las dos o tres ideas principales es la mejor opción.
• Un discurso con toque humano: Es importante que los colaboradores se sientan identificados con el director o presidente de la empresa, ellos deben saber que son igual que la persona que está hablando frente a ellos, esto causa empatía y mayor compromiso. Añadir anécdotas personales o historias familiares podría funcionar.
•Reconocimiento de los colaboradores: Es importante que cada uno de los trabajadores se sienta parte de la empresa y reconocer sus logros es la mejor manera de demostrarle al trabajador que sus objetivos profesionales van de la mano con los de su organización.
•Siempre se puede llegar a más: Para que los colaboradores se sientan seguros de que las metas del siguiente año pueden ser alcanzadas, el director debe dar números y ejemplos de logros alcanzados este año, para que los colaboradores sepan que pueden lograrlo.
• Entusiasmo: Si bien quedó claro que el discurso debe ir acorde con la personalidad del director, también debe estar consciente que ser entusiasta al momento de decir los retos del siguiente año, es fundamental.
•Por último y no menos importante, la duración de un discurso no debe rebasar los 13 minutos, después de este tiempo, la gente pierde el interés.
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Publicado por: TuDecides.com.mx
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