¿Recuerdas por qué iniciaste tu negocio? Parece que esta pregunta nos motiva a encender “la máquina del tiempo” para ir un momento al pasado, sin importar si ya hemos estado 10 o 15 años en el negocio, o si tan sólo han transcurrido unos días después de la última reunión de planeación estratégica.
En una plática con empresarios y dueños de negocios, es muy sencillo recordar aquellos primeros pasos cuando abrieron su empresa e iniciaron las operaciones. Todos recuerdan sentimientos importantes alrededor de esto, algunos de alegría por empezar algo nuevo, y otros preferirían no tocar el tema por lo difícil que fueron esos días.
Cuando se arranca un negocio debe existir una razón de peso, algo que no sea trivial o pasajero, debe ser algo que al recordarse lo despierte todo... y que en algunos casos te pueda causar que se te cierre la garganta o incluso que te broten algunas lágrimas. A eso le llamamos la Visión; es esa frase que nos remonta al origen, es lo que querías crear y que con el paso del tiempo se puede transformar en un legado.
Teniendo la Visión en mente, el paso siguiente es reflexionar profundamente sobre qué es lo que deseas hacer. Debes pensar quién eres, en qué negocio estarás, qué te hará diferente, o qué ofreces a tus futuros clientes. Esto que se parece a un mapa es lo que definimos como Misión de la empresa y debe ser tan poderosa, que de inmediato te debe ayudar a definir con quienes quieres trabajar, qué tipo de personas se podrán unir al equipo y cuáles serán las políticas, valores y cultura que reinará en la organización.
Con un fin en mente, ahora es tiempo de establecer cómo, cuándo y quién hará cada cosa. La definición de Objetivos es lo que capitaliza todas esas intenciones, ideas o metas que se están buscando. Si se quedan en eso, en ideas o buenas intenciones, lo más seguro es que no pase nada y serás un barco a la deriva. Por eso los objetivos deben ser “Inteligentes” (SMART por sus siglas en Ingles) y con la siguiente estructura:
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Específicos: ¿Qué se va a hacer concretamente?
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Medibles: ¿Cómo se va a evaluar su desempeño?
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Alcanzables: ¿Es posible lograr lo que buscamos?
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Responsables: ¿Quién lo va a hacer?
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Tiempo: ¿Cuándo se va a entregar?
Si en una organización se plantea como objetivo “Incrementar la ventas” o quizás “Reducir los costos”, suena muy lindo pero probablemente no suceda nada... estas dos frases No Son objetivos inteligentes. Esas mismas ideas serían Objetivos Inteligentes si las expresamos de esta forma:
a)“Incrementar las ventas en un 10% con respecto al cierre de diciembre del año anterior - Responsable: Nombre y Apellido”
b)“Reducir los costos en un 10% durante el mes de Junio 2012 - Responsable: Nombre, y Apellido”.
Ahora sí, en ambos casos es muy claro lo qué se busca (específico), hay un factor que indicará el desempeño (medible), asumamos que la empresa tiene todo para hacerlo (alcanzable), se indica el nombre del Responsable y también para cuándo se logrará todo esto (tiempo).
Todas las organizaciones son dinámicas, la gente, el mercado y las tendencias cambian, sin embargo es muy importante que la esencia de la empresa se mantenga constante (Visión), que todo lo que se haga hacia el interior o hacia el exterior de la empresa sea congruente con la Misión establecida y finalmente todo el equipo deberá contar con Objetivos Inteligentes alineados a lo largo de toda la estructura.
Revisa tu empresa, te aseguro que si estás haciendo las cosas de esta forma, el éxito está a la vuelta de la esquina.
Fuente: www.mundoejecutivo.mx RODRIGO CALDERÓN-Coach de Negocios
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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