En México falta mucho por hacer en infraestructura, prestación de servicios públicos y coordinación entre empresarios, sindicatos, universidades, organizaciones civiles y gobiernos en todos sus niveles, pero cada día existen más ciudades atractivas para vivir y hacer negocios; Monterrey y la Ciudad de México, las urbes mexicanas mejor rankeadas.
infraestructura, formación profesional e impulso científico y tecnológico.
Ricardo Carrillo, director generfal de la consultora aregional.com explica que prácticamente todas ellas han implantado lo que se conoce como Sistemas de Apertura Rápida de Empresas y han logrado avances importantes en materia de apertura comercial, han estimulado las inversiones nacionales y extranjeras. “Las diez ciudades más competitivas concentran buena parte de los trabajadores mejor calificados y también, las principales universidades y centros de investigación.
Sin duda, esto ha facilitado la ejecución de nuevos y lucrativos negocios, lo cual contribuye a elevar el nivel de productividad de las empresas y trabajadores, aun en tiempos de crisis” aclaró. Carrillo explicó que las mejores metrópolis para invertir y vivir son las de provincia “Monterrey, Chihuahua y Guadalajara, en ese orden seguidas de Querétaro, donde recién se instaló la compañía Bombardier, cuyos dirigentes la eligieron entre varias ciudades de México y Canadá; su argumento para instalarse en tierras queretanas fue que ahí se cuenta con la puntuación más alta en mano de obra calificada”.
Según el Índice de Competitividad Sistémica de las Ciudades Mexicanas, elaborado por aregional.com, estas diez ciudades son las que las empresas y los ejecutivos prefieren, porque ofrecen un grado de desarrollo sobresaliente, un Producto Interno Bruto per cápita alto y buenas condiciones de salud y educación. Cuentan con opciones de esparcimiento atractivas y buenos niveles de servicios y seguridad.
La consultora Mercer, firma dirigida por Carrillo y el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey coinciden en que, a nivel nacional, las ciudades más competitivas se ubican en el Norte y en el Centro del país; donde se cuenta con una tradición industrial o especializada en servicios, particularmente los más avanzados, como seguros, finanzas y asesoría para las empresas.
En lo que se refiere a las ciudades del Sur, en general, éstas se encuentran un tanto aisladas del sistema urbano nacional y de la dinámica mundial, como resultado de retrasos en factores activos y competitivos que minan la certidumbre entre inversionistas nacionales y extranjeros. A esto se suma que su ubicación geográfica les complica la logística para participar de forma más activa en el comercio exterior.
En los rankings para las mejores ciudades se consideran algunos aspectos indispensables, entre los que destaca su tamaño, en tres estratos: mayores a un millón de habitantes, entre 250 mil y 999 mil 999 y menores a 250 mil habitantes. Para la directora del Centro de Estudios Económicos del Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, Leticia Armenta, las metrópolis más competitivas y que representan mayores oportunidades para los negocios tienen factores comunes.
“Son ciudades medias o modernas, todas ellas tienen una infraestructura importante que les permite acceder a niveles de competitividad altos, son localidades para vivir agusto que, además, tienen todos los servicios de una gran urbe. “Por esa misma razón las empresas están dispuestas a invertir en ellas, porque tienen la posibilidad de obtener mano de obra muy calificada, con un nivel educativo sobresaliente”, explicó la entrevistada.
Además de los niveles de producción, los inversionistas consideran las instalaciones, comunicaciones y la seguridad como factores indispensables para contemplar ahí su lugar de residencia. Las ciudades medianas y grandes son las que tienen mayores posibilidades de ofrecer mejores servicios de salud y educación; cuentan con hospitales de primer nivel y en ellas se concentran las mejores universidades y centros de investigación, mismos que habrán de generar al personal calificado que requieran las empresas.
¿Qué tienen en común?
Una de las principales características que tienen Cancún, Ciudad de México, Cuernavaca, Chihuahua, Guadalajara, Hermosillo, Mexicali, Monterrey, Morelia y Querétaro, es que cuentan con adecuadas políticas sectoriales de fomento económico, formuladas y aplicadas por los sectores público, privado y social; en pocas palabras han sabido coordinarse entre sí para satisfacer las necesidades de las empresas, lo cual lo han logrado mediante una mejor infraestructura, servicios de apoyo y asesoría, así como la vinculación de las universidades y centros de investigación con el sector empresarial, para contar con disponibilidad de mano de obra capacitada y un entorno laboral competitivo.
Además, prácticamente todas cuentan con una política fiscal que incentiva a los ciudadanos y empresas a pagar sus impuestos y tratan de tener una adecuada intermediación financiera para facilitar el acceso al financiamiento de las actividades productivas y, en la mayoría de los casos, sus gobiernos buscan dotarles de bienes y servicios para propiciar una mayor estabilidad y certidumbre.
“El entorno de política económica federal, estatal y municipal es determinante para que una metrópoli atraiga inversiones, las empresas buscan un alto índice de competitividad nacional y mundial, ya no es como antes que se instalaban donde vivía su papá o por motivos tradicionales”, explicó Ricardo Carrillo. D.F. y Monterrey se cuecen aparte Algunas ciudades, incluso, califican a nivel internacional; en el Informe sobre la Calidad de Vida de Mercer 2009 se ubica a Monterrey y a la capital del país a media tabla entre las 215 ciudades del mundo con la mejor calidad de vida.
Según Mercer, Viena, Austria, está en el primer lugar, seguida por Zurich y Ginebra, ambas de Suiza. En el ranking, Monterrey se ubica en el lugar número 95 y la Ciudad de México en el 129, en cuanto a calidad de vida, y respecto a infraestructura en los lugares 109 y 130, respectivamente. A nivel mundial se califican otros factores, como temas políticos, de seguridad y de incidencia de desastres naturales, lo cual dificulta que las ciudades mexicanas mejoren en el ranking. Para México, el brote epidémico de la Influenza A H1N1, por ejemplo, tendrá un impacto relevante en la clasificación que se hará a fines del 2009, aunque aún se desconoce de cuánto.
¿Por qué son las mejores?
Un estudio elaborado por aregional.com señala que para que las empresas sean competitivas y las familias gocen de un elevado nivel de vida, en las ciudades se requiere un contexto integral favorable para los negocios y la convivencia social, lo cual advierte la necesidad no sólo de contar con empresarios y empresas eficientes y flexibles, sino también de sólidas estructuras institucionales, políticas, jurídicas, económicas, tecnológicas, ambientales, sociales y personales, que aseguren la formación de un entorno capaz de estimular, complementar y multiplicar los esfuerzos tanto de las empresas como de los trabajadores, que den pie a la formación de redes que generen más y mejores empleos e ingresos.
La materialización de ello recae en los elementos que conforman el espacio económico de las metrópolis, principalmente en el individuo y en las distintas organizaciones que desempeñan algún papel en el sistema económico. Los insumos tradicionales, como son la tierra, el trabajo y el capital cumplen un papel clave para la competitividad, sin embargo, en esta época de competencia global, existen otros factores que también tienen gran importancia.
En buena medida, estos factores se concentran en unas cuantas ciudades, por lo que éstas son el lugar propicio para las oportunidades. Sin embargo, para que éstas se conviertan en verdaderas incubadoras de desarrollo tiene que haber un entorno urbano que facilite la interacción dinámica entre las empresas con la sociedad, el Estado, las universidades y los centros de investigación y desarrollo, así como con los sindicatos, las familias y las instituciones para que haya congruencia.
Así, para que una ciudad sea altamente competitiva y pueda generar los empleos que se necesiten, se requiere de un contexto integral y sistémico en los distintos sectores que la conforman. La elección de las diez mejores ciudades no fue un análisis de ciudades al azar, sino son las más importantes de una lista que el INEGI y el Consejo Nacional de Población determinan, tanto por su monto de población como
por su dinamismo económico.
Costo de vida
En Mercer elaboraron un estudio sobre el costo de vida de las principales ciudades mexicanas, y en este se ubicó a Monterrey como la ciudad más cara del país. En los últimos años entre las metrópolis más caras de la nación siempre se han “peleado” los primeros seis lugares, Monterrey, Los Cabos, Cancún, Ciudad de México, Guadalajara y Tijuana, en ese orden. Las más baratas son Tlaxcala, Tepic, Chetumal, Durango y Pachuca.
Sin embargo, San-dra Huertas explicó que el hecho de que una ciudad sea barata no significa que sea competitiva o atractiva para las inversiones. “En el caso de los costos de vida, la recomendación no necesariamente dirá que las mejores ciudades son las más baratas, porque probablemente se sufre una merma en los servicios y en la calidad de vida y eso no les gusta a muchas empresas, a la vez, habrá otras a quienes les atraigan esos sitios porque implica que les costará menos el pago de la mano de obra y que la gente tendrá más acceso a vivienda, entre otras cosas”, detalló.
En el análisis comparativo que se hizo en 42 ciudades sobre el costo de vida nacional se tomaron en cuenta diversos aspectos, como el valor de una vivienda, la canasta de alimentos (integrada por 150 productos), costos educativos, tarifas de transporte, precios de vestido y calzado, entretenimiento, salud, accesorios y artículos domésticos, así como diversos productos de uso personal. Falta camino por recorrer.
Si bien nuestro país cuenta con varias ciudades altamente competitivas, existe un contexto de globalización y una elevada competencia internacional, ante este panorama, la planeación urbana en nuestro país aún tiene mucho por avanzar, faltan diversos satisfactores para colocar a las ciudades mexicanas en los estándares competitivos de escala mundial.
Ello requiere considerar una visión sistémica de la competitividad, lo cual implica no sólo la asociación intermunicipal para la prestación de servicios públicos, sino también propiciar y fomentar una mayor coordinación con el resto de los actores, como los propios empresarios, sindicatos, universidades y centros de investigación, los gobiernos en todos sus niveles (federal, estatal y municipal), además de las organizaciones civiles y las familias.
Entre los pendientes de las diez mejores ciudades para vivir en México, está reducir importantes ineficiencias y costos sociales, como la delincuencia, tráfico vehicular, degradación medioambiental, y en algunos casos, enfrentar la deficiencia en servicios públicos. Lo cierto, es que aun con estos detalles, las diez ciudades de la lista logran concentrar matrices nacionales e internacionales, cuya infraestructura e inversiones elevan la calidad de vida de sus habitantes y las convierten en las mejores metrópolis para vivir y hacer negocio en el país.
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