Hay personas que poseen un instinto para ver y saber hacia donde se dirige el mercado. Son capaces de aceptar e invertir en proyectos en que los estudios de inversiones no dan resultados optimistas, pero que su propia visión de la situación les augura una variación en los precios a corto plazo o bien que la demanda aumentará por encima de la que se espera o está prevista en el momento actual.
Hay personas que poseen una cualidad innata, que podemos llamar “instinto”, para ver y saber hacia donde se dirige el mercado. Son capaces de aceptar e invertir en proyectos en que los estudios de inversiones no dan resultados optimistas, pero que su propia visión de la situación les augura una variación en los precios a corto plazo o bien que la demanda aumentará por encima de la que se espera o está prevista en el momento actual. Esta seguridad en ellos mismos les hace implicarse y apostar por sus ideas.
Evidentemente, muchos empresarios que no gozan de esta intuición, antes de aceptar o plantear una nueva inversión acuden a las técnicas de conocimiento del comportamiento de los mercados, es decir a los estudios de los mismos donde se define hacia donde se dirige éste y a qué precio acepta pagar el cliente un determinado producto o servicio. Para ello es imprescindible conocer muy bien las necesidades de los clientes de manera objetiva, y con bases sólidas antes de empezar cualquier nuevo proyecto.
Los clientes son para nosotros la fuente más fidedigna de información sobre la demanda de nuevos productos o servicios o sobre variaciones de los actuales. La aportación de estos y de las personas de nuestras empresas que están en contacto directo con ellos es la base de la innovación a corto plazo. Estas aportaciones son las que permiten realizar mejoras continuas en la empresa de una manera ágil para estar siempre al día en lo que desea y necesita el mercado.
El estudio de mercado para ver las necesidades de los clientes, seguido de la investigación, innovación y posterior desarrollo, es la vía indispensable para la evolución de las empresas.
De todas formas, las grandes ideas y proyectos no son solo fruto de seguir el mercado, si no de la intuición de visionarios que son capaces de intuir lo que deseará o necesitará el mercado dentro de unos años, que se arriesgan en proyectos que no tienen, en el momento actual, una viabilidad económica, pero que en el tiempo el mercado les dará la razón.
Mi experiencia como empresario ha sido una mezcla de los planteamientos anteriores:
Una visión de futuro que ha permitido que partiendo de las mismas materias primas y de las mismas máquinas, entrar en un sector distinto al tradicional de nuestra empresa.
La aplicación de técnicas del conocimiento del mercado. Todo ello conlleva a que a corto plazo sean más rentables algunas líneas de productos que otras, pero es necesario mantener todas las líneas de negocio para en el futuro poder adaptarse mejor a las necesidades del mercado.
La constancia y persistencia en un objetivo en el que se cree, es el secreto para mantenerse en el tiempo y ser rentables en el futuro.
Por: Oleguer Burés
Gerente de Burés Profesional S.A.
Miembro del Forum Millora Contínua Fuente: Noticias.com/ altonivel.com.mx
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