En 2009 la contingencia por la epidemia de A-H1N1 obligó a las empresas a buscar diversas soluciones para continuar siendo productivas, debido a la imposibilidad de trabajar dentro de sus instalaciones. La solución inmediata del medio laboral fue trabajar desde casa, con gran aceptación dentro de la planta laboral.
A partir de ese momento, este esquema laboral ha ido ganando terreno en algunas compañías y, sobre todo se ha visto como una prestación para padres de familias.
“El home office está siendo aceptado como una alternativa dentro de las funciones que desempeña la gente, no aplicado al 100%, sino como un beneficio dentro del paquete de compensaciones que reciben”, declara Isaac Cortés, coordinador de relaciones públicas de Manpower.
Tras la contingencia mencionada, el 46% de las empresas encuestadas dijo que había implementado este nuevo esquema de trabajo y, que del total, solo 31% de estas lo vio como alternativa para establecerlo como forma de trabajo.
La cultura mexicana aún no acepta del todo este modelo, y se tendría que realizar una 'evangelización' con los empleados y empleadores para no perder productividad.
“Una de las desventajas que se tiene de implementar este modelo es que se tiene la idea de falta de control, no hay confianza”, comentó Pedro Borda, director general de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh).
Otra de las dificultades que se presentan, es que siempre será necesario reunirse, pero con una buena organización y el establecimiento de horarios generales, este obstáculo puede ser flanqueado.
Hay qué considerar que el trabajo en casa también tiene sus beneficios: los empleados no debe trasladarse, las empresas no requieren de espacios tan grandes, y podrían reducir sus costos operacionales al tener una 'front office' más pequeña. Además, para que una empresa aplique en su totalidad un home office con sus empleados, debe estudiar el rol de cada uno de ellos dentro de la empresa.
“Hay directivos a los que les gusta trabajar 3 días en la oficina y tener dos para estar en su casa”, indica Cortés.
Es importante tener en cuenta que también hay gente que no puede ausentarse, por ejemplo, la gente de sistemas que da soporte a una infraestructura informática, vendedores, analistas de negocios, etcétera. Personal que requiere de un lugar establecido para ejercer su labor.
La productividad de la gente está medida por el cumplimento de un horario de trabajo. Según analistas, la forma de retribución económica ya debe cambiar para fomentar la productividad por medio de un esquema de pago por compensaciones.
“Las empresas tienen que ver más hacia la gente, en lugar de cubrir un tiempo determinado de horas laborales, hay que ver la parte productiva. Esto está modificando que las empresas cambien sus modelos de compensación hacia la parte de pagar sueldos bases y competitivos pero el mayor atractivo debería estar en la parte de compensación variable, esa en la que pagan de acuerdo a los objetivos alcanzados, a los resultados y a la productividad”, mencionó Cortés.
El director de la Amedirh considera que las empresas aún son muy cuadradas, pero que la medición de la productividad debería de establecerse de otra forma.
“Hay que confiar en el potencial del individuo, trabajar con confianza. Si hay objetivos claros la gente podrá cumplir y eso será algo beneficios para México y sus empresas”, finaliza el directivo.
Fuente: www.mundoejecutivonews.com
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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