Manejar conflictos, tomar decisiones y tener las capacidades para liderar un equipo son competencias cada vez más requeridas por las empresas, porque ya no basta contar con buenos profesionales, sino que las organizaciones requieren a los mejores talentos.
Líderes que vayan con los tiempos, que comprendan las necesidades del mercado y que sepan transmitírselas a su equipo, de manera adecuada y eficaz.
No todos los tipos de líderes se adaptan a cualquier organización, más bien es algo conjunto, depende en gran medida de las características de ésta última, de su cultura, de sus miembros, entre otros aspectos. Por el mismo motivo es que tampoco existe un único y correcto tipo de líder para una empresa.
Sin embargo, existen características comunes que todo profesional debe tener, como por ejemplo, la responsabilidad, la consecuencia, la justicia y otro tipo de habilidades que lo conviertan en el canal directo y en el motivador del equipo que lidera, a través de la comunicación efectiva. Éste debe ser el principal motor de su tarea, pues el incentivar al resto trae beneficios en términos de desarrollo profesional individual y de productividad de equipo.
Lo ideal es que junto a ello, los miembros que están a su cargo puedan confiar en sus capacidades y habilidades como profesional, por tanto, es necesario que un líder esté apto y constantemente actualizado para cumplir eficazmente con su cargo y responder a las diversas necesidades que se le presenten.
En otras palabras, son los responsables del eficiente desarrollo de la parte interna de la compañía, es decir, de lograr que los demás integrantes trabajen en su conjunto para lograr los objetivos y metas de la organización. Y para ello será primordial ser consciente de sus propias fortalezas y debilidades, pues muchas veces deberá convencer a sus superiores y dirigir a sus inferiores, manteniendo buenas relaciones interpersonales. La clave no es “mandar” sino lograr actitudes mediante una buena persuasión.
A lo mencionado debe sumarse la necesidad de fomentar el trabajo en equipo, ser capaz de tomar como medida permanente conversar sobre normas de la empresa, reforzar los aspectos positivos, así como agradecer y elogiar las buenas acciones dentro de la compañía. También debe enfrentar los fracasos como equipo y dar el apoyo necesario en este tipo de ocasiones. Con éstas y otras simples medidas, un buen líder podría lograr cambios trascendentales, si lo que se quiere es tener una empresa exitosa en todo ámbito.
“Un buen líder no sólo mejora el clima laboral y mantiene a la empresa más organizada y con mejores proyecciones de lograr las metas establecidas, sino que también fomenta una buena relación entre los empleados, quienes ciertamente estarán más comprometidos, motivados y con una mejor comunicación entre sí. Por tanto para las organizaciones debiera ser tema prioritario el escoger a sus empleados y también capacitar a los nuevos y antiguos miembros de ella”, agrega Margarita Chico, Directora General de Trabajando.com México.
Fuente: www.trabajando.com
Publicado por: TuDecides.com.mx
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