Las habilidades que todo líder debe poseer

Thierry Gonnet, director general de Adecco México, explicó que la mayoría de los expertos más reconocidos en el ámbito del liderazgo empresarial coinciden en que los buenos líderes reconocen las fortalezas en los integrantes de su equipo y las aprovechan a su máximo potencial.

“Esto significa que demuestran la confianza que tienen en su personal y les proporcionan la seguridad que necesitan para emprender y asumir nuevos retos, aprovechando la ambición y tenacidad identificadas en las personas para reducir en ellas las preocupaciones e incertidumbre”, agregó el directivo.

Así, las personas pueden concentrarse e invertir su energía en mejorar su desempeño día con día, en cada actividad. De este modo es casi seguro que excedan en sus objetivos, lo que a su vez alimentará su confianza y satisfacción, así como su disposición a continuar por este camino.

Asimismo, los buenos líderes intentan entender y cubrir las expectativas de sus equipos, en beneficio de la organización y anteponiéndolas a sus intereses personales. “Entienden que la forma en que hacen que se sientan sus equipos, al interior y exterior de la organización, tendrá una gran influencia en su desempeño”, indicó Gonnet.

Todos tenemos una variedad de necesidades específicas -físicas, emocionales, psicológicas y espirituales. Los buenos líderes se enfocan en ayudar a sus equipos a cubrir cada una de ellas, reconociendo que con ello contribuyen a su mejor desempeño y permanencia en la empresa, ya que se sienten más valorados.

De hecho, muy pocos líderes se dan tiempo para demostrar a los demás en lo que creen, con el fin de motivar a los empleados a continuar trabajando con ellos. Otra cualidad de los buenos líderes es que son capaces de definir claramente los factores para alcanzar el éxito, y confían esta meta a sus equipos para juntos encontrar la mejor forma de cumplirla.

Otra necesidad clave de las personas es la auto-expresión, nadie quiere sentirse desmoralizado o subestimado en el entorno laboral. La labor de un líder no es tanto realizar las funciones de sus empleados, sino fungir como un promotor de energía y realización con el fin de impulsar a las personas a dar lo mejor de sí mismas cotidianamente.

Parte de la responsabilidad de un líder es también explicar, de la manera más efectiva posible, lo que se espera de la gente, concretamente, lo que debe hacer realidad. Una vez logrado lo anterior, el líder debe hacerse a un lado y permitir a los equipos concentrarse en ello, ya que a menudo requiere confianza en el proceso y tolerancia en las posibles fallas.

Sin embargo, los mejores líderes -continua Thierry Gonnet- tienen la capacidad de aceptar sus propias limitaciones y vulnerabilidades, y enfrentarlas con confianza y humildad. Esta habilidad es muy valiosa porque casi todos experimentamos inseguridad ante estas carencias, ya sea de forma consciente o no.

Los grandes líderes no sienten la urgencia de tener la razón en todo momento, porque saben su valor a pesar de sus carencias, y contagian de este ánimo a quienes los rodean.

“Los grandes líderes aceptan que la mejor forma de obtener el mayor esfuerzo de sus equipos es dar a su vez su mejor esfuerzo”, finalizó Gonnet.

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