Esta mañana, un hombre muy interesante me pidió hablar en una conferencia global sobre liderazgo que se llevará a cabo a finales de 2012. Lo hizo parecer tan convincente que decidí visitar su sitio Web para ver un video sobre la edición pasada de esta conferencia en 2011, y naturalmente fui absorbido por la colección más emocionante de palabras, sonidos, música y pasión, de parte tanto de los conferencistas como de la audiencia, la cual parecía estar conformada por miles de personas.
Un gran y vibrante acontecimiento de alegría y entusiasmo. Y sí, también de creencia. Creencia en las palabras y en la música. Creencia en los sonidos y en los sentimientos –especialmente en ellos– los cuales sólo se pueden generar cuando miles de personas se reúnen por una misma razón, motivados por un propósito en común; en este caso, en el nombre de dios, de la iglesia y la religión. Todos estos sentimientos eran palpables en el sitio Web y en las caras de los asistentes. El video estaba muy bien editado, con la intención de sacar lo mejor de sí, como lo hace un buen documental o una película. Como dije anteriormente, un auténtico acontecimiento.
Entonces, ¿para qué estoy escribiendo esto? Es el resultado de lo que me pasó mientras veía el video y me imaginaba a mí mismo siendo uno de los conferencistas. Es la acumulación de las impresiones que he cosechado a lo largo de mi vida como conferencista, como autor reconocido, como emprendedor y sí, también como líder. Todas estas impresiones hicieron ebullición en mi cabeza mientras veía La Película sobre liderazgo, sobre la “gran causa”, sobre mover montañas o crear montañas donde todavía no existe ninguna, sobre lo fácil que todo sonaba, sobre lo estáticas que son las palabras.
En este mismo día, experimenté la gran dificultad de hacer realmente aquello de lo que todos están hablando, lo que todos cantan: el acto de ser un líder. El misterio de ser un líder y el verdadero hecho de ser un líder, lo que me llevó a pensar en cómo, en el mundo actual, existe muy poco liderazgo. Y eso se debe a que no hay audiencia para nosotros.
No existen miles de personas que se reúnan sólo con la intención de ser testigos de nuestro coraje y de nuestro heroísmo. No hay música, ni auditorio, ni orquesta, ni iluminación, ni aplausos, ni levantamiento de manos, ni bailes que nos reciban. No hay heroísmo en Irak, ni en Afganistán, tampoco en los desiertos ni en las calles de México, ni en los campos de Somalia, ni en las colinas de Kenia, ni siquiera en nuestras ciudades (en Estados Unidos) donde la fortuna es alcanzable para cualquiera que desee conseguirla, pero una palabra vacía para aquellos que no la buscan.
No hay miles de personas paradas, sobrecogiéndose con la grandeza de nuestra misión, con la apasionante evocación del “gran misterio”; nadie que se sienta intimidado con la extravagancia universal, donde las galaxias son sólo el telón de fondo de otros millones de galaxias, donde el universo se expande, donde nuestro lugar aquí en la Tierra se puede congelar para que, por un momento, podamos experimentar el todo, experimentar el liderazgo.
Mantenerlo quieto, sin movimiento, sin que se pierda, mantenerlo siempre congelado para que no sólo podamos verlo, como si estuviera vivo, sino sostenerlo para siempre. No, el liderazgo no es un evento, es una acción. Una acción que toma lo mejor de nosotros, hasta el pedazo más pequeño, y la mayoría de las veces, sólo se aprecia después de un hecho concreto, y es percibida por alguien más, no por aquel que lidera. Bueno, pensé en compartir esto con ustedes. Todo es sobre emprendedurismo, o al menos eso creo. Sólo espero que no sea olvidado, ni congelado ni tomado como una simple palabra. Porque la palabra sólo es tan buena como la acción en la que se mueve. Sí, se mueve. Eso es. Los grandes líderes se mueven constantemente, se mueven siempre hacia delante, y eso es eterno. Es un hecho y es una acción.
¡Lidera!
Fuente: http://www.soyentrepreneur.com
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
Contacto: dir@tudecides.com.mx
Nota: Por lo general todos los artículos cuentan con fuente y autor del mismo. Si por alguna razón no se encuentra, lo hemos omitido por error o fue escrito por la redacción de TuDecides.com.mx.