Todos tenemos una percepción sobre cómo luce un liderazgo “efectivo”, así que tratar de definir lo que es correcto para miles de personas sería un esfuerzo sin sentido –al igual que pedirle a tu jefe un aumento después de burlarte de su corte de cabello.
Si buscas liderazgo en Google, el buscador arrojará 159,000,000 resultados. Intenta resumir todo eso en una definición compartida sobre lo que significa el liderazgo en tu vida. Prácticamente sería imposible.
Sin embargo, aunque sea difícil definir con exactitud qué es el liderazgo y cuáles son las cualidades de un buen líder, sí existen ideas acerca de los comportamientos que no deseamos ver en los líderes en las que todos podemos coincidir; son comportamientos que simplemente no crean valor alguno para las personas.
Intenta hacer este ejercicio. Haz una lista de los ocho comportamientos que no deseas ver en un manager o directivo, y compáralos con los que comparto a continuación. ¿Coinciden?
1. Quejarse.
Sencillamente, no está bien. Criticar a un empleado o a otro líder de la compañía sólo genera dos cosas (y ninguna de ellas te servirá para mejorar tu habilidad de dirección):
Primero, desecha los esfuerzos de liderazgo. Uno de los muchos retos que el líder de una organización enfrenta es conseguir el apoyo de su gente. Y lo que menos necesita es a alguien que sólo lo critica e insulta a sus espaldas; hacerlo únicamente erosionará la confianza que ha construido.
En segundo, te establecerá una reputación de chismoso. La autenticidad se trata de lidiar con el conflicto, y no de empezar a criticar cuando la persona deja la habitación. Cuando las personas saben dónde estás, también saben quién eres y qué apoyas.
2. Volatilidad emocional.
No confundamos esta noción con expresar emociones. Se espera que los líderes se comporten profesionalmente, y eso significa tener auto reconocimiento sobre la manera en la que debes actuar, cuándo debes callar y cuándo actuar. También requiere un entendimiento sobre las diferentes personalidades, porque algunas personas aprenden con mayor facilidad después de tener una conversación sincera, mientras que otros necesitan una buena cachetada, en sentido figurado.
Adaptar tu estilo según el contexto y la persona requiere paciencia y observación, pero te ayudará a ser efectivo.
3. Jugar a ser el ‘amable’.
Hacerte amigo de tus empleados no debe ser tu prioridad número uno, debido a que las decisiones que tomes no debes hacerlas con base en la idea de complacer a alguien. Recuerda esto: Las personas necesitan un líder, no un amigo. Los amigos te ayudan con el negocio; los líderes buscan entender y alinear tus valores y metas con la visión y estrategia de la empresa.
4. Inmiscuirte en todos los procesos (micromanagement).
Al iniciar como emprendedor, necesitarás usar todos los sombreros, pero conforme tu empresa crece es momento de aprender a delegar. Tu logística ya no requiere un involucramiento directo, porque ahora estarás enfocado en una planeación de alto nivel.
No es fácil quitarse los sombreros tácticos, operacionales y estratégicos que el emprendedor inicialmente se coloca para después quedarse con uno solo. Pero este reconocimiento es solamente la mitad de la batalla. Si quieres que tu empresa crezca debes enfocarte en lo que tienes que hacer; y dejar que tu gente haga el resto.
Como líder, existen ciertas expectativas que las personas se hacen de ti, como comunicar un mensaje claro y brindar un servicio o producto de calidad.
Fuente: www.soyentrepreneur.com / Por: Jeff Boss
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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