Uno de los aspectos menos comprensibles del emprendimiento es por qué el pequeño negocio fracasa y es que la mayor parte de la evidencia viene de los mismos empresarios. He vivido de cerca numerosos fracasos en los negocios. Si los propietarios realmente sabían qué hicieron mal, podrían haber sido capaces de arreglar el problema. A veces, es simplemente una cuestión de negatividad o de no saber hacer algo.
En muchos casos, los clientes, o ex clientes, tienen un mejor entendimiento que los propietarios de lo que no funcionó. Los propietarios tienden a culpar habitualmente a los bancos, al gobierno o al socio. Raras veces es a él mismo.
Basado en mi experiencia y observaciones, hay 10 razones por las que el pequeño negocio fracasa.
- No hay una demanda suficiente para el producto o servicio a un precio que producirá un beneficio para la empresa. Esto, por ejemplo, incluiría a una empresa nueva intentando competir contra la mejor oferta y sus economías de escala.
- Los propietarios no son capaces de apartarse de su propio camino. Ellos pueden ser tercos, temer al riesgo, ser reacios al conflicto – intentando gustar a todo el mundo (incluso a los trabajadores y vendedores que no pueden hacer sus trabajos). Pueden ser perfeccionistas, codiciosos, rigurosos, paranoicos, indignantes o inseguros. A veces, puedes incluso decir a esos propietarios el problema y ellos reconocerán que tienes razón, pero continúan cometiendo el mismo fallo una y otra vez.
- Sin control. Un negocio exitoso que se arruina por sobre expandirse. Esto supone moverse a mercados que no son tan rentables, experimentando problemas de desarrollo que dañan al negocio, o pedir prestado demasiado dinero para intentar mantener el crecimiento. A veces menos es más.
- Pobre contabilidad. No puedes controlar un negocio si no sabes que pasa. Son tareas que debe llevar un jefe de finanzas y que tiene que asumir el propietario hasta que pueda contratar a uno.
- Falta de un colchón económico. Si hemos aprendido algo con la recesión, es que el negocio es cíclico y que las cosas malas pasarán con el tiempo (la pérdida de un cliente o empleado importante, la llegada de un nuevo competidor, el archivo de una demanda). Todo esto puede perjudicar a las finanzas de la empresa
- Mediocridad. Nunca he conocido a ningún propietario de un negocio que describa su operación como mediocre. Pero todos no podemos estar por encima de la media.
- Ineficiencias operacionales. Pagar demasiado de renta, mano de obra, y materiales.
- Disfunción en la dirección. Falta de enfoque, visión, estándares, y todo lo que conlleva una buena dirección.
- Carencia de un plan de sucesión. Hablamos de nepotismo, luchas de poder, piezas claves importantes que son reemplazadas por personas que están por encima de ellas.
- Un mercado decreciente. Librerías, tiendas de música, negocios de impresión y muchos otros están enfrentándose a cambios en la tecnología, demanda de consumidores y competición de grandes empresas con más poder adquisitivo y dinero en publicidad.
En la vida, puedes haberte olvidado de amigos y familiares, pero el emprendimiento raras veces se puede olvidar. Al final, todo está hasta en la sopa. Si a las personas no les gusta la sopa, los empleados paran de trabajar para ti y los clientes paran de hacer negocios contigo. Y eso es por lo que el negocio fracasa.
Este artículo fue escrito por: Andrés Gananci | Descripción del autor: Andrés Gananci es un emprendedor y aventurero apasionado de la vida que fundó su primer negocio online con tan sólo 17 años. 12 años después, sigue viajando por el mundo mientras trabaja desde casa.
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