“Pero como dueño de la idea, el emprendedor tiene libre expresión de la innovación y control de la distribución y administración de las ganancias del negocio”, señaló el gerente de estrategia y operaciones de la incubadora de negocios de Proempleo, Alfredo Maldonado.

Aunque la libertad de acción para el emprendedor en un negocio propio es mayor, representa también más riesgo de que la empresa no sobreviva más allá de dos años.

Si decides adquirir una franquicia o un negocio que ya fue probado por alguien más, el nivel de riesgo y la curva de aprendizaje se reducen porque el franquiciante [quien otorga los derechos del uso de la marca] provee  el conocimiento y la experiencia (know how), así como de programas de promoción, publicidad, asistencia técnica y una marca reconocida.

Sin embargo, una franquicia no asegura el éxito. “Éste se basa en tres factores: localización, tener un buen modelo de negocio y un buen operador”, consideró el director comercial de Feher&Feher, Ilan Epelbaum.

Optar por el camino pavimentado [franquicia] es más recomendable para emprendedores con un perfil de bajo riesgo y que aceptan que habrá alguien a quién hay que rendirle cuentas, explicaron los expertos consultados.

“Sus ideas innovadoras y cambios en el modelo de operación se reducen porque deben pasar por previa aprobación”, agregó Epelbaum, quien es franquiciatario de Tamales La Flor de Lis desde hace 14 años.

¿Cuánto necesito?

El capital disponible para iniciar un negocio es un factor que influye en la decisión del emprendedor.

“Es recomendable que un negocio independiente empiece con un monto de inversión pequeño e ir probándolo en el camino”, dijo Maldonado, de Proempleo, una franquicia social que ya tiene 16 sucursales.

En las franquicias los montos de inversión parten desde los 150,000 pesos y superan los cinco millones de dólares. Además, los franquiciatarios tienen que pagar una cuota inicial, regalías mensuales y la cuota de publicidad local e institucional, detalló el director comercial de Feher&Feher.

Los contratos, en general, tienen cinco años de vigencia; en caso de que el emprendedor no quiera continuar con el negocio y decida emprender por su cuenta, en el contrato se estipulará que no podrá dedicarse al mismo giro por 3 o 15 años.

“Esta cláusula es una protección que tiene la marca franquiciante para evitar que alguien replique su negocio sin autorización”, dijo Ilan Epelbaum.

Por su parte, en materia fiscal, los emprendedores independientes pueden tener facilidades en el pago de sus impuestos al incursionar en el esquema de Régimen de Incorporación Fiscal, mientras que al iniciar como franquicia, las empresas entran en el régimen general y  deben cumplir con su contabilidad electrónica marcada por el fisco.

Fuente: CNNExpansión /