El pasado sábado 14 de septiembre, los jóvenes Emiliano Iturriaga, Sebastián Muñoz, Leslie Pérez y Diego Espinoza, hicieron historia al convertirse en los primeros emprendedores mexicanos en ganar el Hult Prize, uno de los galardones de emprendimiento social más importantes del mundo.
Hasta antes de ese momento, por su cabeza jamás había rondado el que alguna vez sus nombres, junto al de Rutopía, la empresa de turismo que en conjunto conformaron, serían mencionados alguna vez por un ex presidente de Estados Unidos, sin embargo, eso fue lo que al final pasó.
Y es que Bill Clinton tomó el micrófono en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, para anunciar que ellos eran los ganadores de este concurso. “Al principio no podíamos creer lo que estaba sucediendo, porque estábamos de pronto frente al ex presidente hablando sobre retos para el mundo y muchas cosas más”, cuenta Sebastián Muñoz a Forbes México.
El éxito, explica el cofundador de la compañía, les ayudará a seguir creciendo, primero, porque previo a la entrega del premio pasaron más de un mes en Londres, Inglaterra, aprendiendo con distintos mentores para mejoras su modelo de negocio, y, en segundo lugar, porque recibirán un millón de dólares para fortalecer su trabajo.
“Sabemos que el Hult Prize nos va a abrir muchas oportunidades por el peso que tiene el premio y para nosotros esto es algo importante, además de que tuvimos la oportunidad de conocer a diferentes mentores y aprender también mucho de ellos”, comenta.
El inicio
El proyecto emprendedor de Rutopía comenzó hace prácticamente tres años, luego de una estancia que realizaron con diversas comunidades indígenas de la Reserva de El Triunfo, en Chiapas, Emilio Iturriaga y Sebastián Muñoz, quienes hasta ese momento aún eran estudiantes del Tecnológico de Monterrey.
Fue estando en ese lugar, que ambos se dieron cuenta del enorme valor turístico que podía existir en sitios como en el que se encontraban, un tema que podía también significar para las comunidades nativas ingresos que les ayudaran a mejorar su calidad de vida.
“Nos dimos cuenta que había mucha gente interesada en el turismo sustentable y al mismo tiempo muchas comunidades con la capacidad de poder ofrecer a vacacionistas distintos productos muy interesantes de este tipo, entonces sólo era cuestión de hacer una unión entre ambas cosas”, relata Muñoz.
Fue con esta idea en la cabeza, que ambos decidieron correr en este lugar un primer piloto turístico, con el cual se dieron cuenta, recuerda, de que efectivamente tenían la capacidad de acercar a los viajeros a la comunidad y ofrecerles, junto a la población, distintas experiencias como las que ellos buscaban.
Esto le dio pie a desarrollar una plataforma totalmente en línea desde la cual hoy se pueden adquirir viajes de turismo sustentable ya no sólo a aquella comunidad chiapaneca, sino también a otros doce sitios más que poco a poco fueron adhiriendo y que están en los estados de Oaxaca, Quintana Roo, Campeche y Puebla.
“En todos estos lugares tenemos distintas actividades bioculturales que los viajeros pueden realizar, desde cosas como ir de pesca o preparar comidas típicas hasta tener fogatas a la luz de la luna. Lo que nos interesa mucho es que los turistas vivan una inmersión a la comunidad que visiten”, dice Sebastián Muñoz.
Hasta el día de hoy, la compañía de los jóvenes mexicanos ha comercializado ya más de 300 viajes de turismo de esta naturaleza, destacando entre las favoritas de los visitantes experiencias como la preparación de mezcal o el avistamiento del Quetzal.
Fuente: forbes.com.mx /