¿Necesitas dinero? ¿Buscas inversionistas? Antes de promover tu proyecto o salir a buscar financiamiento debes conocer cuál es el verdadero valor de tu negocio. Aquí te decimos cómo saberlo.
Casi todos los emprendedores necesitan recursos para lo que sea: comprar maquinaria, contratar más personal, adquirir una licencia o negociar mayores volúmenes de materia prima. Seguramente ya tienes clara la cantidad que necesitas. Pero, ¿sabes realmente cuánto te pueden prestar?
Antes de presentarte ante inversionistas potenciales o instituciones bancarias es clave que tengas certeza sobre el valor de tu empresa. Para ello, realiza una evaluación que te permita responder una sola pregunta: ¿cuánto es lo que una persona estaría dispuesta a pagar por comprarla? Ese monto será el valor real de tu empresa. No olvides que en materia de precios el mercado es la ley.
Tú y los inversionistas potenciales deberán determinar cuál es el valor de la empresa, pues servirá de base para negociar:
- La parte de la empresa que será adquirida por el inversionista (número de acciones).
- El monto de la inversión (el precio de las acciones).
- La tasa de rendimiento que obtendrá el inversionista.
Para ilustrarlo, pondremos un ejemplo sencillo. Si estimas en $10,000,000 el valor de tu empresa y estás en busca de $2,500,000, entonces el inversionista obtendrá el 25% de las acciones. ¿Qué pasaría si el inversionista estimara en $5,000,000 el valor de la empresa? Esperaría obtener el 50% de las acciones por tan sólo $2,500,000. Tú y el inversionista utilizarán cada uno por su lado los métodos de evaluación que les parezcan adecuados para establecer los precios y el nivel de participación. Entonces comenzarán las negociaciones.
La evaluación de una empresa no es una ciencia exacta y existen numerosos métodos. Todos se basan en hipótesis y en datos financieros diferentes y proporcionan habitualmente resultados distintos. Por ejemplo, es posible evaluar a una empresa con base en sus activos (lo que posee) o con base en los ingresos o los flujos de tesorería proyectados. Los inversionistas prefieren el método basado en los flujos de tesorería, del cual nos ocuparemos aquí. Sin embargo, es importante conocer otros métodos, ya que los resultados obtenidos en cada uno de ellos te ayudarán a determinar el valor adecuado y el precio que establecerás a tu empresa.
Métodos basados en los resultados y en los flujos de tesorería
Actualización de los flujos de tesorería. A los ojos del inversionista se trata generalmente del método más exacto y eficaz para evaluar una empresa, ya que se basa en los flujos de tesorería futuros. Estos flujos futuros, provenientes de la explotación del negocio, determinarán la tasa de rendimiento sobre el capital invertido por el inversionista.
El método de actualización de los flujos de tesorería es utilizado para encontrar una respuesta a la siguiente pregunta: tendiendo en cuenta la fluctuación de los ingresos y de los gastos, así como la nueva inversión, ¿cuánto valdrá el día de mañana una inversión efectuada el día de hoy?
Valor de explotación. Este método compara la inversión actual con las entradas de fondos proyectadas. Se basa en los ingresos de años pasados para proyectar los del futuro. Se establece la hipótesis de que los ingresos no fluctuarán. Si la empresa ha pro-ducido ingresos de $500,000 en los últimos cinco años, este método presume que así seguirá siendo. Sin embargo, los inversionistas y los emprendedores prefieren el método de actualización de los flujos de tesorería, ya que toma en cuenta la evolución de los ingresos, de los gastos y de la inversión. En otras palabras, el método de actualización de los flujos de tesorería permite esta-blecer previsiones más exactas y realistas.
Métodos de evaluación basados en el valor del activo
Valor contable. El valor contable es simplemente el valor neto de la empresa (lo que tiene y no debe) o el capital contable (lo que le perte-nece a los accionistas) conforme a los estados financieros. En términos simples, el valor contable corresponde al activo menos el pasivo de la empresa. Evidentemente, en el caso de un negocio exitoso, el valor de la empresa es mayor que el valor contable de su equipo, instalaciones, cuentas por cobrar y los otros elementos que integran el activo. Es un método que sirve habitualmente como punto de referencia.
Valor de liquidación. El valor de liquidación, así como el valor contable, se establece tomando como base el activo de la empresa. Se trata de la cantidad que se obtendría de la venta de todos los elementos que constituyen el activo de la empresa. Como regla general, al equipo y terrenos corresponderá más o menos al valor de mercado, mientras que el valor de los inventarios y de las cuentas por cobrar será inferior al que establecen los libros contables.
En materia de precios el mercado es la ley. En el sector de capital de riesgo el valor de una empresa es el precio que se está dispuesto a pagar por ella. En otros términos, es el mercado y tu capacidad de atraer inversionistas y de negociar con ellos lo que determinará el valor o el precio de venta de la empresa.
Cada inversionista tendrá su propia idea de cual es el valor de tu compañía. Esa idea dependerá de la percepción de cada inversionista, del riesgo que presentará tu empresa en el futuro y de la tasa de rendimiento que pueden ganar. Igualmente, los inversionistas tendrán en cuenta otros factores para el cálculo del valor de tu negocio (y como consecuencia, el precio que están dispuestos a pagar):
- Su nivel de conocimiento de las fuerzas, debilidades, oportunidades y amenazas propias de la empresa.
- Su determinación para realizar un acuerdo.
- Tu posición como negociador y tus habilidades de negociación.
Fuente: http://www.soyentrepreneur.com/ Por: Rocío Zapata G.*
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