¿Qué significa esto? Sencillo: qué tan averso o amante del riesgo es. Para su fortuna, esta tarea no tiene que hacerla solo. La mayoría de los bancos, casas de bolsa y administradoras de fondos de inversión pueden ayudarle.
Existen tres clasificaciones clásicas:
¿Prefieres no arriesgar y te gusta privilegiar la seguridad? Entonces, ésta es tu categoría. Probablemente, tu asesor te ofrecerá instrumentos de renta fija –papeles de gobierno o depósitos a plazo fijo, por ejemplo–, aunque esto signifique sacrificar la rentabilidad de tu inversión. Portafolio clásico: 70% del capital en un fondo de deuda, 10% en participación en bolsa y 20% en un fondo de cobertura.
Moderado
Esta perfil combina una buena valoración por la seguridad de la renta fija, pero cono algunos instrumentos de renta variable (como acciones, por ejemplo). No pone en riesgo el patrimonio, pero sí está dispuesto a ir más allá para mejorar la rentabilidad de una inversión conservadora. Portafolio clásico: 20% en bolsa, 60% en deuda y 20% en un fondo mensual o quincenal.
Agresivo
Si buscas rendimientos sorprendentes y estás dispuesto a correr riesgos si el objetivo es ganar una mejor rentabilidad, éste es tu perfil. Pero ojo: amar el riesgo no significa poner tu dinero en cualquier lugar. Aún la mayor apuesta puede ser controlada. Portafolio clásico: 40% en bolsa (como inversión a largo plazo), 40% en fondos de deuda de renta variable y 20% en moneda extranjera.
El paso siguiente es diseñar un plan que se ajuste a tu “personalidad financiera”. Recuerda que a mayor riesgo, mayor retorno; y a menor riesgo, menor retorno. Por ello es clave que sepas si estás dispuesto a arriesgar o prefieres un portafolio más bien conservador.
Fuente: www.voypormas.com
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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