cnnexpansion -Todos hemos pasado por esto: al visitar un nuevo país decimos o hacemos algo que los locales consideran ofensivo. La consecuencia más leve es sentirnos avergonzados, pero la peor y más grave es arriesgarnos a perder un negocio o insultar a nuestros anfitriones.
Las diferencias culturales en China cobran cada vez mayor protagonismo en cuanto es un destino más frecuente para los negocios. Si piensas ir al país asiático para cerrar un acuerdo o disfrutar de las Olimpiadas, ármate de este curso intensivo para conocer a tus anfitriones.
“Sé lo que te conviene”: Considera este ejemplo paradigmático de cómo funciona la mentalidad laboral: Un proveedor chino de autopartes modificó el producto de un cliente norteamericano sin pedir permiso. El cliente estaba furioso, pero el proveedor no entendía la razón.
“En las culturas occidentales pesa mucho el concepto ‘No sin mi permiso’, porque es una muestra de respeto hacia la autoridad y la decisión individual. Pero en China es más común que los supervisores u otras personas tomen decisiones que afectan a otros sin consultar con nadie, ya que ellos creen que actúan teniendo en mente el beneficio del grupo” revela Iler. Si quieres ser consultado cuando se tomen decisiones, no lo des por sentado, tienes que pedir expresamente que así sea.
“¿Cuánto dinero ganas?”: Las culturas occidentales valoran mucho la privacidad, algo que en China no sucede, allí es frecuente que un estudiante le pregunte a su profesor por las calificaciones que recibieron otros estudiantes.
También es habitual preguntarle a un compañero del trabajo cuánto gana, o si es soltero o tiene novia. “No te sorprendas si te preguntan cosas personales a quemarropa” advierte Iler. Contesta con honestidad si lo deseas, o simplemente sonríe y cambia de tema.
“Dar rodeos”: Un empleado chino que pretende pedirte el día libre comenzará diciendo algo como: “Mi hijo está enfermo y no puedo llevarlo a la guardería. Intenté conseguir una niñera, pero ninguna estaba disponible. Incluso pregunté a mis suegros si podían cuidarlo, pero ellos tampoco están bien de salud. Así que me temo que no tengo más alternativa que quedarme en casa. ¿Está bien si me tomo el día?”
Los chinos suelen ir al grano hacia el final de la conversación, a diferencia del estilo occidental, que primero aborda la cuestión principal y después explica el resto. Así que sé paciente.
“Gracias, pero no, gracias…de verdad”: Los occidentales suelen expresar gratitud, incluso cuando se trata de favores pequeños.
En el caso de China, explica Iler, “si la relación es cercana, de amistad o camaradería, decir ‘gracias’ por cualquier cosa se interpreta como una manera de distanciarse del grupo.” No te sientas ofendido entonces si no escuchas un ‘gracias’, quizá se trate de un cumplido (te consideran cercano).
“Pruebas ¿para qué?”: Los chinos pueden ser imprecisos a la hora de afirmar algo, de allí que sus redacciones académicas, por ejemplo, no recurran a las notas al pie de página. Los proveedores chinos acusados de vender juguetes con plomo, argumentaron que China no debería ser responsabilizada por ello, sin comprobarlo antes.
“Para un occidental que trabaja con colegas chinos, esta tendencia a la vaguedad puede ser frustrante” afirma Iler. Digamos que solicitas una prueba -como un estudio de mercado- para confirmar una afirmación… no te sorprenda que tu solicitud sea recibida con una mirada interrogativa.
“Sin abrazos”: Las demostraciones públicas de afecto son algo común en Occidente, sin embargo, en China son tabú –al menos entre adultos o inclusive amigos cercanos.
“No te extrañe escuchar que un padre chino nunca ha abrazado o besado a sus hijos ya adultos” dice Iler. Ya lo sabes, ahórrate los besos y los abrazos.
“No a las disculpas”: En China no se acostumbra decir “perdón” o “lo siento” si alguien se atraviesa frente a otra persona o si chocan o tropiezan con un desconocido.
Lo que para los occidentales es una señal de falta de educación, para ellos es una actitud aceptable. “Es una sociedad tan multitudinaria, que la gente usa cualquier atajo disponible” explica Iler. Así que no pierdas la calma cuando eso suceda.
Esta situación también es recíproca, pues las personas de otras culturas que realizan negocios en Occidente deben aprender las sutilezas de esta cultura, algo que no es sencillo para nadie.
El último consejo es que si vas a China, es tu responsabilidad adaptarte a las formas que allí se practican, y no esperar que ellos se adapten a las tuyas. Como bien apunta el dicho “A donde fueres, haz lo que vieres.”
Fuente: cnnexpansion
Por: Anne Fisher
Publicado: 06:0021 de julio de 2008
Publicado por: TuDecides.com.mx
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