Ciudad de México - Marco Velázquez emprendió su primer negocio a los 10 años. Vendió fuegos pirotécnicos durante un mes en Acolman, Estado de México, de donde es originario. Sus padres le ayudaron a hacer un presupuesto, a comprar los cohetes y tener los cuidados necesarios.
“Me apoyaron en cosas que yo deseaba hacer, siempre que no afectara mis estudios”, recuerda el CEO de DeKids, una start-up que fomenta el espíritu emprendedor en los niños y les enseña programación. “Esa confianza para hacer las cosas fue lo más importante que me dieron”, sostiene el empresario, que hoy tiene 23 años.
De hecho, el impulso de la familia es clave para que los niños desarrollen ciertas habilidades sociales que serán fundamentales en su futuro. Por ello, los especialistas consultados hacen énfasis en la importancia de este apoyo.
“Hay una desconexión entre las familias y la educación de los hijos. La escuela es una herramienta para su formación, pero el centro de ésta recae en los padres. Desarrollar habilidades sobre cómo resolver problemas, tolerar la frustración y el trabajo en equipo se aprende en casa”, subraya Guillermo Garza, fundador y CEO de Dadbox, una plataforma que promueve el aprendizaje desde la familia.
La falta de habilidades se vuelve un obstáculo en la vida laboral y profesional de cualquier persona, ya sea que ésta le lleve por el camino emprendedor, o no. “Cofundé Startup México –una incubadora de negocios- hace cuatro año y luego de escuchar durante ese tiempo a más de 4,000 emprendedores me di cuenta que, quien no es bueno emprendiendo, no va a cambiar así tome cursos o talleres”, agrega Garza.
El desinterés y la apatía de muchos jóvenes tiene que ver con lo que vieron en casa desde pequeños. Una investigación dirigida por Fany Eisenberg Glantz, profesora del Departamento de Ciencias de la Conducta y Humanidades del Tecnológico de Monterrey y autora del libro ¡Los hijos mandan, los padres obedecen!, concluyó que cuando los progenitores dan todo a los hijos, acaban con su iniciativa y capacidad para resolver sus problemas.
“Si la familia quiere niños buenos para nada, hay que darles todo. Si quieren hijos emprendedores, hay varias cosas por hacer”, comenta la investigadora.
Para evitar esto, los especialistas entrevistados comparten una serie de actividades para que los padres impulsen el desarrollo de las habilidades sociales de sus hijos.
-Convierte tu casa en un laboratorio: No se trata sólo de recrear experimentos, como el de la harina de maíz y el agua, sino de jugar a que tu hijo sea el experto en algún tema a determinada hora o día de la semana, y que todas las consultas estén dirigidas a él.
“Los niños adquieren conocimiento preguntándole a los padres. Cuando se invierte ese ejercicio, lo obligan a aprender e investigar. No es un examen en el que los padres ya saben la respuesta, sino una plática para que el niño cuente una historia sobre dinosaurios, por ejemplo”, explica Guillermo Garza. Con este ejercicio, indica, se refuerza la confianza al transferirle la autoridad.
-Se aceptan equivocaciones: “Cuando al niño le decimos que sólo hay una respuesta para cada cosa, le matamos la creatividad. Él necesita un espacio donde hay más de una solución”, comenta Garza.
-Desafía lo establecido. Establece un día a la semana en el que el niño pueda cambiar muebles o poner la casa de cabeza, recomienda Garza. “Hay que dar a los niños la oportunidad de retar el status quo para mejorarlo. Que cambien las reglas y platiquen por qué creen que deben hacerlo, que sean partícipes de éstas. Con ello, fomentan en los hijos el compromiso hacia quien hizo las normas y hacia ellos mismos, porque forma parte de ellas”, propone Marco Velázquez.
-Permite que tome decisiones. Los padres pueden comenzar con algo rutinario, como dejar que elijan su ropa, e irlos haciendo partícipes gradualmente de decisiones más importantes, como elegir dónde comer o ir a pasear, recomienda el fundador de DeKids.
-Busca soluciones a problemas. El experto sugiere, como un juego entre padres e hijos, identificar problemas globales y pensar juntos una solución. “Cuando el menor ve que su papá o mamá están jugando con él, tratará de impresionarlos. Con esto, él desarrolla la capacidad de emprender y avanzar como persona”, afirma el CEO.
Esto aplica también para los asuntos cotidianos. Niños y padres pueden escribir en un cuaderno, un pizarrón o una pared los problemas que tuvieron en el día e identificar dónde estuvo el error y qué hará diferente en el futuro.
-Tolera la frustración. Los padres son la mayor inspiración de los hijos y verlos levantarse todos los días, a pesar de los problemas que los agobien, es muy importante, señala Velázquez. “Pero si estos no disfrutan su trabajo, están frustrados y no hacen nada por cambiarlo, los niños crecerán con la idea de que así con las cosas. En cambio, si ven que hacen algo, así no salga bien al primer o segundo intento, crecerán con el ejemplo de que no hay que rendirse”, agrega.
-Presume los logros. Fany Eisenberg recomienza elogiar las iniciativas de los hijos, incluso si los padres no están de acuerdo con ellas. Esto se puede hacer al hablar con amigos y familiares de lo que hacen y cómo lo están logrando. “Para ello, hay que escuchar lo que proponen, que tomen decisiones en la casa y en la escuela y reforzarles el pensamiento crítico”, abunda.
-Predica con el ejemplo. Es una herramienta poderosa para educar a los hijos, recuerda el CEO de DeKids, por ello los padres deben de cuidar qué actitudes y hábitos tienen en casa, porque de ellos aprenden los más pequeños, finaliza el experto.
Fuente: www.expansion.mx / Angélica Pineda / @Phoenix_37
Publicado por: TuDecides.com.mx
Edición: Adrián Soltero
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