A principios de 2012, el precio por barril de petróleo oscilaba en los 125 dólares. Dos años después, el precio del crudo ha disminuido hasta llegar a los casi 70 dólares a principios de diciembre, causando afectaciones en algunos países, mientras en otros se desvela un escenario de crecimiento, ¿a qué se debe esto?
“Todo tiene que ver con una baja de demanda en el producto y aumento en la oferta. Una de las economías más importantes, Estados Unidos, ha variado en su oferta y demanda. Ha dejado de buscar el petróleo como el principal insumo de la energía para su país y ha pasado a buscar energías menos contaminantes”, dice Juan Carlos Núñez Martínez, director del programa de Dirección, con sede en Monterrey, del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (Ipade).
Para reforzar esta idea, te damos un dato: La producción estadounidense de crudo estaba en 5 millones de barriles al día en 2008, y actualmente supera los 8.8 millones. Sin embargo, también ha impulsado una serie de inversiones en petroquímica y otras industrias, que le han ayudado a reducir sus importaciones. Mientras en 2005 sus importaciones representaban el 60% del consumo de combustible, actualmente son poco más del 20%.
Esta reducción de la demanda en Estados Unidos ha provocado afectaciones en los 12 miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que hasta el momento han optado por no rebajar la producción conjunta de 30 millones de barriles por día, a pesar de la división interna en torno a este debate.
"EU produce cada vez más petróleo creció 60% en los últimos 5 años y el mundo no está creciendo como para demandar más crudo."
¿Y la guerra de precios?
Pero también existe una guerra de precios que encabezan los sauditas. En esencia, afirma el economista Enrique Quintana, los miembros de la OPEP quieren limpiar el mercado de productores medianos, especialmente de productores de petróleo no convencional conocido como gas shale que está en auge y ha cambiado el panorama energético mundial.
Pero, ¿qué tanto va a tirar al crudo? ¿Hasta dónde van a aguantar los productores norteamericanos de gas shale ue están en Texas y en algunas otras áreas de Estados Unidos? Quintana afirma que van a salir del mercado cuando el precio esté rondando los 50 o 60 dólares, cuando ya no sea rentable producir el petróleo de lutitas.
Luego de eso es probable que tengamos un rebote en el precio del petróleo, afirma el economista.
¿Cómo le afecta a México?
Núñez Martínez asegura que México tiene una afectación de doble variable en 2015 con relación al petróleo: por un lado, la caída en la producción del yacimiento en ocaso de Cantarell, que las autoridades prevén que producirá 272 mil barriles diarios en 2015, casi un 20% menos de lo que provee actualmente.
La segunda afectación es la caída del precio del barril del petróleo, aunque para el académico esto no afectará las exportaciones, pues ya no son dependientes del petróleo, sino más de la manufactura, especialmente de la industria automotriz.
Sin embargo, las dificultades por la variación del precio del petróleo llegarían en las finanzas del gobierno. De entrada, antes de aprobar el presupuesto de la federación 2015, el Congreso redujo la expectativa de 81 a 79 dólares.
“Una afectación importante va a ser cuánto recauda el sector público, porque es un hecho que el precio del barril del petróleo afecta los ingresos de Pemex y por consecuente los ingresos del gobierno. Es lógico esperar que el gobierno se quede sin esos ingresos y ahí la pregunta es ¿de dónde los va sacar?”, dice Núñez.
Pero si bien a méxico no le va a pegar en finanzas públicas gracias al seguro contratado, sí le puede pegar en crecimiento económico porque la industria petrolera es la actividad extractiva más importante y al bajar el precio del petróleo, baja también el valor producido de la industria y le pega al Producto Interno Bruto. Pero será este viernes cuando se den a conocer los pronósticos de crecimiento por parte del Banco de México y de Banamex, por lo que se espera una reducción para 2015.
¿Y la gasolina?
“¿Qué pasa cuando Pemex tiene diferentes costos en los diferentes yacimientos?”, cuestiona el académico, antes de explicar que cuando el precio del petróleo siga bajando va a llegar un momento en el que a los pozos petroleros les convenga más traerlo de afuera que sacarlo. Al abaratarse el precio, se vuelve más rentable lo externo.
“La gasolina que estamos importando se abarata y también el petróleo, pero el diferencial continúa en contra nuestra, porque el valor económico que se hace del otro lado no se reduce, se reducen los precios de los insumos. La gasolina va a volver a ser más costosa, siendo relativo. No aumenta el precio, sino la relatividad”, explica.
Núñez señala que el precio del petróleo no impacta las finanzas de Pemex, aunque sí el valor del precio de venta de las gasolinas. El porcentaje mayor de los ingresos de Pemex proviene del ingreso de las gasolinas, no del precio del barril del petróleo.
Sobre la reforma energética y el dólar
Para el académico del Ipade, el gran ganador de la reforma energética es el gas, no el petróleo.
“Esta reforma energética es un paso intermedio a donde teníamos que llegar. Por ejemplo, los alemanes quieren olvidarse del gas, porque el gas contamina, sin embargo, en México, pasar del combustóleo, que es mucho más contaminante, al gas, es algo bueno, pero es intermedio, pues se debe buscar algo mejor, que sean tecnologías más limpias y que es algo no contemplado en la reforma energética”.
Núñez no prevé afectaciones en el corto plazo derivado de la variación del petróleo, y asegura que los manejos y las inversiones en el sector energético se determinan por el mediano plazo, entendiendo esto un periodo mayor a un año.
Con relación al tipo de cambio del dólar, Núñez afirma que no tiene por qué existir un ajuste hacia abajo y en el momento que deje de estar presionado por expectativas del precio del barril del petróleo, llegará a los niveles de hace unos meses.
“¿Qué ha hecho que el tipo de cambio se deprecie? Solo la variación del precio del barril del petróleo y en ese sentido hay seguros puestos. No existe un factor externo que haga que el tipo de cambio se deprecie (…) Hay casi 180,000 millones de dólares en reservas, adicionalmente estamos teniendo no tanta necesidad de pagos de deuda o déficit de cuenta corriente. No hay un motivo para necesitar un ajuste en el tipo de cambio”, asegura.
Fuente: http://www.altonivel.com.mx / POR: Javier Rodríguez Labastida
Publicado por: TuDecides.com.mx
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